El presidente Evo Morales pidió este lunes al Fondo Monetario Internacional resarcir los “daños” provocados a Bolivia y América Latina, por sus recetas económicas en décadas pasadas, pese a conocer que el FMI felicitó en la fecha a su gobierno por el crecimiento económico.
“Mi pedido: que el Fondo Monetario Internacional, por favor, si tiene responsabilidad con Bolivia y con los países de América Latina, más bien debería pensar cómo y cuándo va a resarcir los daños que nos hicieron en tantos años”, dijo Morales en un acto público.
El gobernante izquierdista no se sintió halagado con la felicitación que hizo este lunes el FMI desde Washington, desde donde destacó el crecimiento económico boliviano de 6,5% alcanzado en 2013.
“Algunos organismos internacionales siguen opinando sobre la economía nacional, valorando, observando o recomendando como hoy día hace el Fondo Monetario Internacional”, señaló el mandatario.
Luego acotó a renglón seguido: “si (el FMI) quiere ocuparse de la economía, que se ocupe, que se preocupe, pero para resarcir los daños que hicieron en 20 años de gobiernos neoliberales” en Bolivia.
Morales dijo varias veces que las políticas económicas en los últimos dos decenios en su país y en la región, como la privatización de empresas públicas, fueron impuestas por los Estados Unidos, el FMI y el Banco Mundial, como condición para seguir otorgando ayuda financiera.
Morales -que nacionalizó en su país la mayoría de las empresas entregadas a capitales privados, como en hidrocarburos, minería, telecomunicaciones e hidroeléctricas- aseguró que “las recetas del Fondo Monetario Internacional no benefician al ser humano, sólo cuidan al sector privado, sin tomar en cuenta las necesidades del pueblo del mundo”.
Por ejemplo, Bolivia, hasta la llegada de Morales al poder en enero de 2006, solía negociar anualmente las metas macroeconómicas con el FMI y el BM y con naciones industrializadas que conformaban el llamado “Club de París” el pago o renegociación de su deuda externa.
El gobernante congeló toda relación con los organismos internacionales y se apoyó en los excedentes económicos que generó la nacionalización de los hidrocarburos, decretada en mayo de 2006, para solventar los gastos estatales y sus programas sociales.
Bolivia, bajo esa política, creció económicamente de manera sostenida desde 2006, entre 3,4% y 6,5%, y su PIB llegó de manera inédita a 28.704 millones de dólares el último año, según el Ministerio de Economía.