Los temporales que castigan desde septiembre pasado especialmente a tres de los nueve departamentos de Bolivia dejaron hasta ahora 46.800 familias damnificadas, aunque las lluvias tendieron a declinar desde este sábado sin que la situación esté aún controlada, informó una fuente oficial.
“Sube a 46.800 (la cifra de) las familias damnificadas por las lluvias. Estamos continuando con el trabajo de ayuda. Estamos en La Paz, Cochabamba y sobre todo en el Beni. La situación no está todavía bajo control”, reportó el viceministro de Defensa Civil, Oscar Cabrera, que participa de las labores de rescate.
La cifra de muertos se mantiene en 38 desde el jueves, cuando el ministerio de Defensa entregó un último balance.
“Estamos trabajando para garantizar, alimentos, albergues y atención médica” a los poblados afectados, especialmente en departamento Beni (noreste), el más azotado por las riadas provocadas por las lluvias, apuntó Cabrera.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) pronosticó que las lluvias declinarán desde este sábado. “Ya no se van a registrar precipitaciones con intensidad fuerte”, dijo la experta del Senamhi Ana Mendoza a la red de televisión Uno, aunque “vamos a continuar con precipitaciones débiles”, agregó.
En Rurrenabaque, el poblado de Beni más azotado por el temporal, la situación se tornaba dramática por los racionamientos de energía eléctrica y las dificultades en la distribución de agua potable por la caída de postes y la rotura de cañerías.
En otros poblados cercanos como Reyes, Santa Rosa del Sara y San Borja hay escasez de carburantes y alimentos por la dificultad para circular por los caminos y la precariedad de las pistas de aterrizaje.
Unas 400 familias damnificadas de Santa Rosa del Sara solicitaron socorro este sábado, al igual que los habitantes de Puerto Villarroel, según la red de radios católicas Erbol.
Los afiliados a la privada Federación de Ganaderos del Beni (Fegabeni) reportaron pérdidas de unos 5 millones de dólares por la muerte de unas 9.000 cabezas de ganado, informó su presidente Mario Hurtado.
“El Gobierno se comprometió a ayudar con la liberaciones de combustible, conseguir embarcaciones para poder salvar el ganado que este en riesgo de morir, y ver lo mecanismos para conseguir sanidad”, declaró Hurtado al diario digital Oxígeno.
La temporada de lluvias, que suele comenzar en noviembre y dura hasta febrero, se anticipó esta vez a septiembre y se extenderá hasta marzo, según pronósticos del Senamhi.
Los departamentos más azotados por las tormentas hasta el momento son Beni (noreste). Cochabamba (centro) y La Paz (oeste).Por el momento, la situación en Chuquisaca (sudeste) y Potosí (sur) está estable, según Cabrera.