El pasado martes, el presidente de Perú Ollanta Humala monitoreó el inicio de operaciones de las tareas encomendadas a dos naves de la Marina de Guerra de este país en aguas del denominado triángulo exterior.
Se trata del buque de la Marina de Guerra Guardiamarina San Martín y el navío de investigación científica Melo, los cuales ingresaron a aguas cedidas a Perú luego del dictamen del tribunal de La Haya.
Sin embargo, pese a la serie de preparativos que la maniobra significó para la casa de gobierno, el hecho no adquirió total relevancia en la esfera política del vecino país.
Al respecto, el ex canciller Manuel Rodríguez Cuadro dijo que se trató de un ejercicio de la soberanía consagrada por el derecho internacional. “Lo único que los países tiene que hacer ahora, es coincidir en la fijación de las coordenadas de los puntos A, B y C; por el lado peruano debe estar, según los informes de la Marina de Guerra de Perú, listo en unos 10 días”.
Por su parte, Octavio Salazar, presidente de la comisión de producción del parlamento peruano, comentó que al conocer la maniobra consultó al gobierno de Humala detalles y desde el Ejecutivo le aseguraron que fue un acto coordinado con el gobierno chileno.
“Si no hubiese sido de esta manera, indudablemente que sí podríamos hablar de un tema innecesario. Estaba al tanto, había una coordinación que había hecho la marina de Perú con la marina chilena”, concluyó.
No obstante, el embajador de Chile en Perú, Fabio Vio, aseguró que se enteró por la prensa del movimiento de las embarcaciones hacia el triángulo exterior.
El diplomático dijo a La Radio que desconoce si esta información es manejada por la Cancillería chilena, ya que él, hasta ahora, no ha tomado contacto con Santiago para tocar el tema.
A su vez reconoció que la situación es relativamente compleja debido a las diferencias en las interpretaciones del fallo de ambos países, lo que espera se disipe tras la bilateral que sostendrán en Cuba en el marco de la cumbre de la Celac Sebastián Piñera y Ollanta Humala.