A ojos de buena parte de la sociedad, la vida del futbolista asoma como ideal. Dinero, tiempo libre y trabajar en lo que desde niño lo apasiona son argumentos que aparecen en cada conversación respecto al tema.

Pero lo que habitualmente no se dice es que esas historias son las de un porcentaje menor del total de jugadores de fútbol, en contraposición a una mayoría que debe hacer frente a una carrera ajenas a las luces e ingresos de las grandes estrellas y que, en ocasiones, debe terminar anticipadamente.

Un ejemplo de lo anterior es el de Óscar Miñambres, ex jugador del Real Madrid y Hércules que debió retirarse a los 26 años de edad a causa de las constantes y serias lesiones que sufrió en su rodilla izquierda.

Tras dejar la actividad, Miñambres debió buscar la forma de generar dinero para mantener a su familia, por lo que decidió dedicarse a la venta de tabaco en un negocio de la zona de Móstoles que administra con su mujer. “Tengo mucho trabajo. Entro a las nueve de la mañana, hago un descanso para comer y luego vuelvo por la tarde hasta las ocho” comenta en entrevista con Diario Marca.

Pese a que en otras notas ha señalado que muchas veces no ha querido ver fútbol en televisión para evitar darle más vueltas a la situación, Miñambres no olvida su pasó por el equipo merengue, donde estuvo en plena época de los llamados ‘galácticos’. “Éramos un equipazo” recuerda el formado en las inferiores de los madridistas, agregando que “todavía no me creo que compartiera vestuario con los Ronaldo, Zidane, Raúl y compañía”.

El ex lateral derecho profundizó en su historia y afirmó que “no hay nada como jugar en el primer equipo del club de tus amores”, aunque, volviendo a su actualidad, concluyó diciendo que de todas formas es feliz ya que “no todo en esta vida es fútbol”.