El temor a ser lastimados en una relación puede llevarnos a crear defensas que nos hacen sentir “seguros”, sin embargo, muchas veces estas formas de protección no nos permiten acercarnos al otro como nos gustaría. Entonces queda preguntarnos: ¿qué nos lleva a tener estos miedos? ¿Qué nos impide encontrar y mantener el amor que decimos querer?
Según la columna de Lisa Firestone, psicóloga experta en relaciones, para The Huffington Post, existen múltiples factores que nos empujarían a esto. A continuación te damos las 7 razones por las que la mayoría de las personas le temen al amor.
1. El verdadero amor nos hace sentir vulnerable
Comenzar una nueva relación es parte de un territorio desconocido y es normal temer a aquello que no conocemos. Amar entonces se transforma en un verdadero riesgo: estamos permitiendo que otro nos vea vulnerable y bajamos nuestras defensas.
2. Un nuevo amor revive heridas del pasado
Nuestra historia nos afecta y tiene una fuerte influencia en cómo percibimos a las personas que tratan de acercarse o cómo actuamos en nuestras relaciones amorosas. Viejas dinámicas negativas pueden hacernos desconfiar de abrirnos a alguien nuevo. Podemos alejarnos de la intimidad, ya que despierta viejos sentimientos de dolor, pérdida, ira o rechazo.
3. El amor desafía una antigua identidad
Muchos de nosotros luchamos con los sentimientos subyacentes de ser digno de ser amado. Tenemos problemas para valorarnos a nosotros mimos y creer que podemos importarle a alguien. Todos tenemos una “voz interior crítica” que nos dice que somos inútiles o que no merecemos ser felices. El problema surge cuando otro nos ve distinto a nuestra “voz interior”, lo que puede generar incomodidad o ponernos a la defensiva.
4. Con la dicha viene el dolor
Muchas personas evitan cosas que los harían inmensamente felices, pues con ello también viene asociado el dolor o la tristeza. Lamentablemente no se puede disociar ambas emociones.
5. El amor es a menudo desigual
El amor no es equitativo. Nuestros sentimientos hacia alguien son una fuerza en constante cambio. En cuestión de segundos podemos sentir rabia, irritación o incluso odiar a una persona que amamos. Preocuparse sobre cómo nos sentiremos nos impide ver hacía dónde irían nuestros sentimientos naturalmente. Es mejor estar abiertos a cómo nuestros sentimientos se desarrollarán con el tiempo.
6. Las relaciones pueden romper la conexión con tu familia
Las relaciones pueden ser el último símbolo de crecer. Representan empezar nuestras propias vidas como individuos independientes y autónomos. Este desarrollo también puede representar una despedida de nuestra familia. Esto no quiere decir, literalmente, renunciar a nuestra familia, sino más bien dejarla ir a un nivel emocional.
7. El amor despierta temores existenciales
Cuanto más una persona significa para nosotros, más miedo tenemos de perder a esa persona. Cuando nos enamoramos, nos enfrentamos no sólo el miedo a perder a nuestra pareja, sino también nos hacemos más conscientes de nuestra mortalidad. Nuestra vida ahora tiene más valor y significado, por lo que la idea de “perder” se vuelve más aterradora.
Los miedos pueden hacernos racionalizar y encontrar un millón de motivos por los cuáles no estar en una relación; no obstante, según la profesional, “las razones que damos pueden tener soluciones viables y lo que realmente nos conduce son los temores más profundos de pérdida”.