La Seremi de Salud Metropolitana, Daniela Zavando, llegó hasta las Torres de Carlos Antúnez, en Providencia, para contarle a sus residentes que desde este lunes podían comenzar a consumir el agua potable de sus propias cañerías sin ningún temor.
Dejaron de hacerlo a principios de diciembre, cuando una contaminación de los tanques de agua potable con aguas servidas se los impidió, incluyendo su uso para bañarse y para lavar loza o ropa.
La presencia de norovirus y parásitos se tradujo en 520 casos de infección gastrointestinal y, además, en una emergencia sanitaria que obligó a las autoridades de salud a prohibir su consumo y uso.
Finalmente, y luego de varios estudios de muestras para descartar completamente la presencia de parásitos en el líquido, la Seremi de Salud, Daniela Zavando, manifestó que desde el lunes los vecinos pueden consumir el agua de sus hogares.
Daniela Zavando agregó recomendaciones a todos los residentes de edificios y sus comités de administración a estar pendientes de las mantenciones de los inmuebles para evitar y prever emergencias, como la ocurrida en Providencia.
Una situación que obligó también a la municipalidad de esa comuna a actuar instalando camiones aljibe y tanques de agua potable en las afueras del edificio, además de duchas para que los vecinos pudieran asearse.
Toda una situación que según el director de salud de la Municipalidad de Providencia, Marcelo Belmar, ayudó a prepararlos para futuras emergencias similares.
Por su parte, los vecinos del edificio, en la voz de Beatriz Alarcón, miembro del comité de administración, esperaban esta confirmación para retomar la normalidad.
La situación generó un sumario sanitario que sigue en curso según la autoridad sanitaria y una denuncia en la fiscalía, donde han sido presentados todos los antecedentes generados durante este mes y medio de emergencia sanitaria.