Una jueza federal rechazó el jueves la petición de Apple para bloquear el trabajo del supervisor designado por la corte para vigilar las actividades de la empresa, tras el fallo de culpabilidad sobre la estipulación de precios de libros electrónicos.
La jueza Denise Cote rechazó la petición del gigante tecnológico para retrasar el trabajo del ex fiscal Michael Bromwich, designado por la corte el año pasado para garantizar que Apple cumpla con una orden para que modifique su conducta después de ser encontrada culpable de conspirar con las editoriales para fijar los precios de los e-books.
El abogado de Apple, Theodore Boutrous, dijo que se presentará una apelación.
El fallo de 64 páginas critica con dureza a Apple por falta de cooperación con Bromwich, a quien la corte nombró después de que Apple dejara claro que no reformaría sus prácticas por sí misma.
La jueza destacó que el supervisor tiene un “trabajo importante que hacer” para lo que necesita entrevistar a miembros del consejo o ejecutivos y que desde que comenzó su trabajo hace tres meses, Apple sólo le ha permitido 13 horas de entrevistas, y siete de las once personas entrevistadas eran abogados.
Cote dijo además que Apple tampoco ha demostrado que cumplir con el fallo de la corte o con la supervisión supone un “daño irreparable” para la compañía.
La compañía creadora de iPads, iPods, iPhones y computadoras Macintosh ha tenido una relación tensa con Bromwich desde que fue designado supervisor.
Appel se quejó cuando Bromwich intentó entrevistarse con Tim Cook, director ejecutivo; Jony Ive, jefe de diseño; Al Gore, miembro del consejo de administración, y otros altos ejecutivos que no están involucrados en el día a día de las operaciones.
La compañía, que tiene que asumir el costo vinculado a esta vigilancia, también ha protestado por la tarifa de 1.100 dólares a la hora de Bromwich y los 1.025 dólares para su equipo legal.
Cote respondió que Apple debe elevar cualquier queja a Bromwich o al Departamento de Justicia y si no pueden resolver el asunto, hacerlo a través de una petición a la corte.
El gobierno sostiene que Apple conspiró a finales de 2009 y principios de 2010 con las editoriales para cambiar el modelo de venta de libros electrónicos y subir sus precios antes de sacar al mercado su tableta iPad.