Las autoridades chinas descartaron este viernes que haya relación entre las vacunas de hepatitis B y el fallecimiento de 17 bebés que murieron poco después de ser vacunados.
“Hasta ahora se ha confirmado que nueve de estos casos no tienen nada que ver con la vacuna”, dijo un comunicado conjunto de la administración china de alimentos y drogas y de la comisión de planificación.
Las muertes tuvieron lugar entre el 13 y el 31 de diciembre y todavía quedan por investigar las causas de fallecimiento de las ocho víctimas restantes.
Las dos agencias oficiales aseguraron que la vacuna, fabricada en China por BioKangtai, no tenía ningún problema y que un análisis epidemiólogico demostró que las 17 muertes tenían causas distintas, como pulmonía, fallos renales o asfixia.
Las autoridades han ordenado que se detenga el uso de las vacunas incriminadas durante la investigación.
Según la prensa china, más de 44 millones de dosis de estas vacunas están almacenadas o ya fueron vendidas en provincias y regiones de todo el país.
La vacuna contra la hepatits B es obligatoria en China y se administra por primera vez 24 horas después del nacimiento.
En los últimos años, China ha vivido varios escándalos relacionados con la seguridad de los medicamentos y los alimentos, como la muerte en 2008 de seis niños intoxicados por leche en polvo contaminada.