En enero próximo el Presidente Sebastián Piñera firmará el oficio que creará legalmente un nuevo parque nacional para Chile, el cual se ubicará en la región de Magallanes. Se trata del Parque Yendegaia, que se emplaza la Isla Grande de Tierra del Fuego, al sur del río Azopardo y del lago Fagnano, entre el Parque Nacional Alberto de Agostini y la República Argentina.
Dichos terrenos, que superaran las 150 mil hectáreas de superficie, mantiene en su mayoría zonas literalmente vírgenes, teniendo espectaculares características, tales como tipología montañosa, cubiertas por extensos campos de hielo, glaciares y ventisqueros que se descuelgan hacia fiordos y canales. Esto hace de postales únicas en el mundo.
Además, en materia de diversidad ecológica, puntualmente flora, mantiene 7 pisos vegetacionales, es decir especies tales como lenga, coigüe, canelo, frutillas magallánicas, turberas y otros tipos de musgos, líquenes y hongos.
La fauna de Yendegaia cuenta con especies –las cuales se podrán conservar sin peligro de intromisión del hombre– como el zorro culpeo de Tierra del Fuego, foca elefante, foca leopardo, petrel gigante, rayadito, gaviota dominicana, fío-fío, carpintero gigante y churrín del sur.
Tierras vírgenes
Según consta en los informes que elaboró el Programa Legado Bicentenario de la Presidencia, a la fecha las superficie del nuevo parque nacional ha tenido mínima intervención en los ámbitos de agricultura, ganadería, acuicultura, minería y silvicultura, por lo cual todos los análisis revelaron la pristinidad de los ecosistemas.
Pese a que generar dicho parque ha estado motivado por la necesidad de preservar la flora y fauna, igualmente los encargados de analizarlo incluyeron la actividad económica que estará asociada directamente al turismo que llega a la zona año a año. Por ello se dejó espacio para desarrollar con ese en torno rutas de navegación y vía terrestre que permitirá el desarrollo de circuitos de trekking e instalaciones turísticas.
También se dejó el espacio físico en terrenos planos en valles aledaños y aptos para infraestructura turística y de servicios, los cuales podrían desarrollarse en los próximos años.
Piñera y Tompkins
El Parque Nacional Yendegaia nació tras un encuentro entre el empresario norteamericano Douglas Tompkins y el Presidente Sebastián Piñera en marzo de 2011 en el Palacio de La Moneda. Durante la reunión, Tompkins propuso impulsar, vía colaboración público-privado, el fortalecimiento del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado, mediante la creación de Yendegaia que aportaría como lugar de conservación de la biodiversidad.
La iniciativa de inmediato cautivó al mandatario, quien instruyó al equipo Legado Bicentenario generar el levantamiento de los antecedentes, tanto científicos y ambientales, territoriales y económicos-turísticos.
Informe que durante 2011 y 2012 fue analizado por una comisión interministerial de Medio Ambiente, Bienes Nacionales y Economía, además de los servicios Sernatur y Conaf, los cuales resolvieron prioritario materializar el nuevo Parque Nacional Yendegaia, el cual fue -según los documentos oficiales- consultado a las comunidades indígenas de la zona.
Para ello, Douglas Tompkins donó al Estado 38 mil 780 hectáreas que había comprado en 1998, en lo que se conocía como la “Estancia Yendegaia”, recinto principalmente dedicado a la ganadería. Adquisición que se hizo bajo la organización del norteamericano, que recordemos durante la década de los 90 adquirió otros sitios vírgenes en el sur de Chile.
38 mil780 hectáreas, a las cuales se sumaron 111 mil 832 hectáreas de terreno que agregó el fisco, generando el espacio de 150 mil 612 hectáreas que será el total del parque nacional, el cual tendrpa su reconocimiento en enero, cuando el Presidente viaje a la zona para firmar el decreto oficial.
El Presidente Sebastián Piñera indicó sobre el proyecto que “la creación de un nuevo parque nacional en Chile busca preservar la biodiversidad y ecosistema de uno de los lugares más hermosos de la humanidad: la Patagonia chilena. Lo anterior no solo para nosotros, las actuales generaciones, sino como legado, un regalo para nuestros hijos y nietos que merecen conocer y disfrutar estos maravillosos paisajes”.
Mientras, Douglas Tompkins sostuvo tras el anuncio que “la gente no se da cuenta, pero Sebastián Piñera es el mayor conservacionista chileno, al mismo tiempo de que es Presidente de la nación. Eso no tiene precedentes en el mundo”. Declaraciones que muestran el buen pié que dejó dicho proyecto entre ambos.
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