El general Iván Bezmalinovic, tras su polémico paso por la IX Región, acaba de asumir como General de Zona en la región del Bío Bío.
El general debió haber sido de baja por Michelle Bachelet el año 2009, cuando fue el responsable directo del asesinato de Jaime Mendoza Collío y del burdo montaje con el que se pretendió ocultar ese asesinato. Por esta causa tiene una querella por falso testimonio y presentación de pruebas falsas, sin embargo está blindado pues la Justicia Militar -que nuestro parlamento se ha negado a reformar para que no vea causas con civiles involucrados- le asegura la impunidad. Una de las primeras tareas del nuevo parlamento debiera ser esta reforma pendiente, para asegurar que casos como el de Matías Catrileo, Rodrigo Cisterna, Jaime Mendoza Collío, Alex Lemún o Manuel Gutiérrez no queden nunca más en la impunidad.
La reforma a la Justicia Militar también es importante para carabineros que sufren injusticias en la institución, como el caso del cabo que en la misma prefectura de Bezmalinovic el año 2009, fue obligado a acusarse a sí mismo de haberse cortado con una motosierra -manchando su hoja de vida- en circunstancias que había sido perseguido y atacado con esta herramienta por el teniente Alejandro Sáez, jefe del GOPE en la zona, quien también tiene episodios polémicos en la represión del movimiento mapuche. Esto fue dos semanas después del asesinato de Mendoza Collío.
No está de más recordar que Iván Bezmalinovic es de los pocos generales que están en servicio, que guarda una fuerte impronta pinochetista. Su hermano es Carlos Bezmalinovic, efectivo del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) que en 1988 asesinó y lanzó al río Tinguiririca a los frentistas Cecilia Magni y Raúl Pellegrin, simulando una muerte por inmersión.
A los días de asumir en la VIII Región, el general se reunió con el intendente Víctor Lobos para conversar, según consigna BioBioChile, sobre “lo que ha estado sucediendo en la provincia de Arauco”. Las palabras del intendente fueron que “el general tiene bastante experiencia en el manejo de estas situaciones”.
Esta experiencia incluye una sistemática política de exceso de violencia contra comunidades mapuche. Así, durante el año 2012, tres veces la Corte Suprema declaró judicialmente que Carabineros en la zona del general Bezmalinovic actuaba contra la ley (enero, julio y septiembre), y le ordenaba sujetarse al Estado de Derecho y las restricciones en el uso de la fuerza policial señaladas por la ley, especialmente no disparar a niños, lo que fue desobedecido hasta el último día de Bezmalinovic en la IX.
El contexto en el que arriba a Arauco el general Bezmalinovic, es que en las comunas de Cañete y Tirúa el movimiento mapuche tiene actualmente paralizadas todas las faenas forestales de Mininco (grupo Matte), Arauco (grupo Angelini) y Volterra (japonesa) en la zona. Se trata de decenas de comunidades mapuche que masivamente están ocupando los predios y reclamándolos por derecho ancestral.
Hasta ahora -quizá por el período eleccionario- la zona ha estado tranquila y el actuar de Carabineros ha sido relativamente razonable, lo que ha impedido que veamos tragedias como las que hemos seguido viendo en Malleco bajo las órdenes del general Bezmalínovic. Ahora que pasaron las elecciones, y que el general arribó a la zona de Arauco para hacerse cargo de este molesto problema que aqueja a los grupos Matte, Angelini y a los japoneses; no sabemos qué pueda pasar.
Tal vez los más asustados de todos sean los mismos carabineros que serán mandados por Bezmalinovic a pelear con los peñi, si las forestales dan curso a las órdenes de desalojo con las que han amenazado. Hasta la llegada de Bezmalínovic, el actuar de Carabineros en estos meses de movilización se ha mantenido dentro de lo razonable. Sería lamentable que el nuevo general procediera en Arauco como lo ha hecho en Malleco, donde Carabineros ha sido el mayor factor para el alza de la violencia.
El movimiento mapuche en Arauco ha declarado que no tiene nada contra Carabineros, pero son cientos de hombres, mujeres, ancianos y niños de la tierra que están dispuestos a defender la tierra a la que pertenecen y que está siendo degradada por las forestales usurpadoras; a defender las aguas, lo poco que queda de bosque nativo, los remedios, las vegas y los humedales. A diferencia de los Matte o los Angelini, los mapuche no están luchando por ambición, sino por una experiencia espiritual que les dice que deben respetar las fuerzas que gobiernan estas playas, lagos, praderas y cerros sagrados.
Michelle Bachelet en sus primeros días de gobierno tendrá la responsabilidad enorme de solucionar prontamente este grave conflicto a través de la desmilitarización y la restitución legal de los territorios en que las comunidades están ejerciendo por la vía de los hechos el Control Territorial. Es la Presidencia de la República la que debe dar solución a este conflicto, no Carabineros de Chile o la Fiscalía.
De paso, se esperaría que en sus primeros días de Gobierno, Bachelet diera de baja al general Bezmalínovic por los motivos ya expuestos de su paso por Malleco, e inmediatamente pusiera suma urgencia al proyecto de ley para reformar la justicia militar que hoy duerme en el Senado.
Luis García-Huidobro sj. Religioso Jesuita. Colaboró varios años en Pastoral Mapuche en Chile. Actualmente es parte de la Misión Mapuche Jesuita en Tirúa. Su cuenta en Twitter es @luisgarciahsj.