El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, estimó que el acuerdo alcanzado el sábado en Ginebra entre Irán y las potencias mundiales sobre el programa nuclear iraní era un “importante primer paso” hacia un acuerdo exhaustivo, aunque admitió la existencia de “grandes dificultades” por delante.
Durante una rueda de prensa en la Casa Blanca poco después de anunciarse el acuerdo, Obama advirtió de todas formas que si Irán no respeta los términos pactados, el alivio de las sanciones concedido, equivalente a unos 7.000 millones de dólares, se convertirá en más presión y ahogo a la economía iraní.
Asimismo, dijo entender el escepticismo de Israel y los aliados de Estados Unidos en el Golfo ante el acuerdo.
“Hoy, Estados Unidos con sus aliados más cercanos ha dado un importante primer paso hacia una solución ante nuestra preocupación por el programa nuclear de la República Islámica de Irán”, declaró Obama.
“Por primera vez en casi una década hemos parado los progresos del programa nuclear iraní y partes muy importantes del programa serán anuladas”, agregó.
“Las nuevas inspecciones permitirán un amplio acceso a los equipos nucleares iraníes y permitirán a la comunidad internacional verificar si Irán cumple sus compromisos”, aseguró el mandatario estadounidense.
Obama afirmó que el pacto “bloquea el camino más evidente” a que Irán logre la bomba atómica.
Críticas en el Congreso
No obstante, Obama fue rápidamente blanco de críticas de parte de oponentes en el Congreso, reflejando la gran desconfianza producto de más de 30 años de hostilidades al estilo Guerra Fría entre Estados Unidos e Irán.
“El presidente encuentra sabiduría en la confianza, aunque sea limitada, hacia un régimen que ha violado reiteradamente el derecho internacional y ha puesto en riesgo la seguridad de Estados Unidos”, afirmó el republicano Howard ‘Buck’ McKeon, titular del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes.
El senador republicano Marco Rubio indicó por su lado que “al permitir al régimen iraní mantener una estructura nuclear considerable, este acuerdo posibilita aun más al construcción de un Irán nuclear”.
“Hay ahora una necesidad aún más urgente para que el Congreso aumente las sanciones hasta que Irán abandone completamente sus capacidades de enriquecimiento y procesamiento”, agregó.
Obama ha pedido al Congreso que no apruebe nuevas sanciones contra Irán, tal y como reclamaron algunos congresistas tras el fracaso de la primera ronda de negociaciones en Ginebra hace unas semanas, con el fin de darle una oportunidad al pacto.
Enfatizó que el acuerdo alcanzado en Ginebra es temporal, pero que sienta las bases para lograr un acuerdo exhaustivo.
“Gracias a este acuerdo, Irán no puede utilizar las negociaciones para camuflar los avances de su programa” nuclear, dijo Obama. Irán siempre ha defendido que éste tiene fines civiles, pero las potencias mundiales sospechan que el objetivo es lograr la bomba atómica.
“De nuestra parte, Estados Unidos y sus aliados se han puesto de acuerdo para conceder a Irán un alivio modesto (de las sanciones), aunque seguirán aplicándose las más severas”, apuntó.
Ed Royce, presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara baja, consideró el alivio de las sanciones en el marco del acuerdo como “más una línea de salvación” que el alivio “modesto” descrito por el mandatario.
Obama aseveró que la resolución de Estados Unidos seguirá fuerte, al igual que nuestros compromisos con nuestros amigos y aliados, en particular Israel y nuestros socios del Golfo, que tienen buenos motivos para estar escépticos ante las intenciones de Irán”.
El valor de la diplomacia
Desde su primera campaña electoral de 2007-2008, Obama ha promovido la idea de tender una mano a Irán, aunque sin dejar de alentar un endurecimiento de las sanciones, estimó que “con la elección del nuevo presidente iraní (Hasan Rohani) este año, ha emergido una nueva apertura diplomática”.
A finales de septiembre, Obama mantuvo una conversación telefónica con Rohani, la primera entre los mandatarios de Estados Unidos e Irán desde 1979, cuando la revolución islámica provocó la ruptura de sus relaciones diplomáticas.
El secretario de Estado John Kerry dijo desde Ginebra que el acuerdo alcanzado hará que el mundo, Israel y los aliados de Washington están “más seguros”.
“Al final, solo la diplomacia puede desembocar en una solución duradera al desafío que representa el programa nuclear iraní. Como presidente y comandante jefe (de las fuerzas armadas), haré todo lo necesario para impedir que Irán consiga el arma nuclear”, prometió Obama.
“Pero tengo la responsabilidad de intentar resolver nuestras diferencias de forma pacífica, en lugar de lanzarnos a un conflicto. Hoy tenemos una verdadera ocasión de lograr un acuerdo global y pacífico y creo que debemos intentarlo”, señaló, aunque reconoció que “no será fácil (…) sigue existiendo grandes dificultades”.