El sínodo general de la Iglesia anglicana de Inglaterra abrió el miércoles la puerta a la ordenación de mujeres obispo, al apoyar unas propuestas que podrían ser aprobadas definitivamente en 2014.
El proyecto, que había sido rechazado en noviembre de 2012, recibió 378 votos a favor, 8 en contra y 25 abstenciones.
“Todavía no debemos abrir botellas de champaña, o de la bebida con la que vayamos a celebrarlo, porque tenemos que trabajar juntos hasta el final”, dijo el arzobispo de York, John Sentamu.
“Apoyo enérgicamente la ordenación de mujeres como obispos y espero que la Iglesia de Inglaterra dé este paso clave para garantizar su lugar como una Iglesia moderna en contacto con nuestra sociedad”, declaró el primer ministro británico David Cameron poco antes de la adopción del proyecto.
Entre las propuestas aprobadas está la de nombrar un mediador para arreglar cualquier problema cuando la autoridad de las mujeres obispo sea cuestionada por el clero tradicionalista. Además, se tomarían medidas disciplinarias contra el clero que no cooperase con el mediador.
Este nuevo proyecto, presentado por el obispo de Rochester, James Langstaff, podría recibir su sanción definitiva en julio o noviembre de 2014, en un nuevo sínodo general.
Eran necesarios dos tercios de cada uno de los estamentos participantes en el sínodo -obispos, clero y laicos- para la aprobación.
En noviembre de 2012, el proyecto fue avalado por obispos y clero pero topó con la resistencia de los laicos. Desde entonces la Iglesia de Inglaterra se vio sometida a presiones desde la política y el público en general para revisar su postura.
Sobre todo desde que la Iglesia anglicana de Gales (si bien la Iglesia anglicana nació en Inglaterra, sus zonas de influencia tienen autonomía) decidió autorizar la ordenación de mujeres obispo en setiembre, después de que lo hicieran también Escocia e Irlanda del Norte.
El arzobispo de Gales, Dr Barry Morgan, estimó entonces que “no tenía ningún sentido desde el punto de vista teológico” no permitir la ordenación de mujeres obispo si ya podían ser sacerdotes y diáconos.
Uno de los partidarios más fervientes de la medida en el seno de la Iglesia inglesa, el obispo de Rochester, James Langstaff, saludó la decisión de este miércoles pero alertó que no hay que caer en la “complacencia”.
“Aunque estamos muy animados (…), no es una razón para la complacencia, hay mucho trabajo que hacer” antes de los sínodos generales de 2014, dijo en conferencia de prensa.
Langstaff dijo que es posible que haya gente que este miércoles votó a favor que lo hicieran sólo para dar continuidad al proceso pero que podrían oponerse en el momento definitivo.