Al menos 17 personas, entre ellas cuatro miembros de una familia brasileña, murieron en la isla italiana de Cerdeña por las inundaciones provocadas por una tormenta que las autoridades calificaron de “excepcional”.
El presidente de la región, Ugo Cappellacci, dio cuenta de “17 muertos”, y remarco que “todavía hay desaparecidos”, sin ofrecer una cifra concreta.
Los servicios de rescate intentaban alcanzar las zonas rurales o montañosas, de difícil acceso debido a los corrimientos de tierra y a la caída de puentes. Los bomberos realizaron más de 600 intervenciones en toda la isla.
El primer ministro italiano, Enrico Letta, anunció la convocatoria de un consejo de ministros para decretar el estado de emergencia y poder desbloquear fondos ante lo que calificó de “drama increíble”.
La ciudad portuaria de Olbia (norte) quedó casi totalmente inundada, por lo que hubo que evacuar a cientos de residentes a los que se les dio cobijo provisional en polideportivos o fueron acogidos por otros habitantes, que crearon en Facebook la página “Abramos nuestras casas a nuestros conciudadanos”.
Los cuatro miembros de una familia de origen brasileño, dos adultos de unos 40 años y sus hijos, de 16 y 20 años, murieron ahogados en un apartamento situado en un sótano en la entrada de la ciudad de Arzachena, cerca de Olbia.
Las lluvias sorprendieron a los habitantes por su violencia. “Han caído 440 mm de lluvia, lo equivalente a seis meses en condiciones normales, por lo que es un acontecimiento excepcional”, señaló a la televisión SkyTG24 Franco Gabrielli, jefe de la protección civil, que llegó al lugar este martes.
Un portavoz de este organismo señaló que la protección civil “no ha hablado nunca de ciclón”, término “empleado solamente por la prensa”.
La tormenta “golpeó a alrededor de 20.000 personas, pero la fase de emergencia más aguda ya ha pasado”, indicó a la AFP Gianfranco Galaffu, director de la protección civil de la prefectura de Sassari, que supervisa la zona de Olbia.
No obstante, dijo temer que se encuentren otras “víctimas que podrían haber quedado presas en sus vehículos en las zonas de más baja altitud”.
Además de la familia brasileña, otras tres personas de una misma familia murieron al derrumbarse un puente sobre su vehículo cerca de Olbia, y una madre y su hija fueron halladas muertas en un coche que fue arrastrado por el agua en la misma ciudad.
Por otra parte, un policía que escoltaba una ambulancia junto a tres compañeros murió al hundirse la carretera por la que circulaban. Sus compañeros pudieron ser salvados.
Entre las víctimas se encuentra también una mujer de 64 años que se ahogó en su casa de Uras, en el sudoeste de la isla, donde cientos de habitantes pasaron la noche en un polideportivo.
Un hombre murió por el hundimiento de otro puente, y una señora de 90 años fue hallada muerta en una casa inundada cerca de Nuoro, en el centro de la isla.
Las intensas lluvias y las inundaciones causaron importantes daños materiales. “Estamos enviando productos de primera necesidad a los evacuados, e intentamos restablecer la electricidad y bombear agua para liberar las carreteras y las zonas inundadas”, indicó Cappellacci.