La presidenta argentina Cristina Fernández debe retomar el ejercicio del gobierno este lunes, tras seis semanas de licencia por una cirugía en la cabeza, en mitad de su segundo y último mandato que finaliza en 2015.

La labor de Fernández (60 años), una peronista de centroizquierda, se limitará a alguna audiencia en su residencia de Olivos (periferia norte), según la prensa local al no haber precisiones de voceros gubernamentales.

Fernández fue vista por última vez en público el 13 de octubre cuando dejó un centro médico donde el 8 de ese mes le fue extraído un hematoma craneal.

Desde entonces, medios de prensa especularon que a su regreso introduciría cambios en el gabinete y adoptaría medidas económicas como consecuencia del pobre resultado obtenido en las elecciones legislativas del 27 de octubre, en mitad de su mandato que finaliza en 2015.

Los candidatos del gobierno perdieron en los mayores distritos del país, incluso en el bastión peronista histórico de la provincia de Buenos Aires que nuclea a casi el 40% del padrón nacional, pero logró conservar la mayoría en ambas cámaras del Congreso con 7,5 millones de votos (33,15%).

El líder emergente del comicio fue el peronista disidente Sergio Massa, quien sumó 3,8 millones de votos (17,03%) en el distrito bonaerense, el único donde se presentó su recién fundado Frente Renovador.

La alianza entre socialdemócratas y socialistas se consolidó como la segunda fuerza federal, con 4,8 millones de votos (21,38%).

“La presidenta va a poder estar plenamente reincorporada a su tarea este lunes”, había anticipado la semana pasada en rueda de prensa Juan Manuel Abal Medina, jefe de gabinete y uno de los miembros del estrecho círculo de funcionarios influyentes.

El mando lo ejerció hasta ahora de manera formal el vicepresidente Amado Boudou, investigado en la justicia por tráfico de influencias, mientras que las decisiones cruciales fueron centralizadas por el funcionario con más poder después de la Presidenta, el secretario de asuntos legales y técnicos Carlos Zannini.

Los comentarios sobre cambios en la estructura ministerial fueron desmentidos por el principal líder del partido de gobierno, el gobernador bonaerense Daniel Scioli, al decir que “son sólo chimentos (rumores)”.

Pero otra funcionaria clave en el esquema kirchnerista, la gobernadora del Banco Central (autoridad monetaria), Mercedes Marcó del Pont, dijo el viernes en las Jornadas Bancarias que se tomarán “las medidas para evitar las tensiones que impactan en los precios, con heterodoxia, sin restringir la demanda”.

El gobierno negaba que la inflación fuese un problema al estimarla en un poco creíble 10% anual, cuando las consultoras privadas lo calcularon en octubre pasado en 26%.

Marco del Pont defendió, además, la aplicación de un cerrojo cambiario que controla importaciones y prohíbe la venta de dólares para ahorro desde 2011, con el argumento de que “Argentina no tiene los problemas que generan los capitales de corto plazo (golondrina)”.

Sin embargo, la funcionaria admitió que el gobierno “va a ir en búsqueda de los dólares de largo plazo”, luego de aclarar que “el 75% de los 11.000 millones de dolares de reservas que cayeron en lo que va del año tiene que ver con el pago de deuda”.

Las reservas del Banco Central se ubican en unos 32.000 millones de dólares cuando en 2010 habían alcanzado su récord de 52.000 millones.

La imagen de Fernández repuntó después de ser anunciada la existencia del hematoma craneal, coincidieron las encuestadoras.

Respecto de las versiones que atribuyen a Fernández la intención de alejarse del poder, el diputado kirchnerista Jorge Recalde dijo que “no hay ninguna transición y es irresponsable decir esas cosas”, en declaraciones a radio del Plata.