El gobierno japonés decidió el viernes bajar drásticamente su objetivo de reducción de gas con efecto de invernadero, estimando sin fundamento el precedente por el hecho de que los reactores nucleares fueron parados desde el accidente atómico de Fukushima.
“Japón había prometido reducir sus emisiones de gas con efecto de invernadero en un 25%, entre 1990 y 2020, pero eso carecía de fundamento”, explicó el portavoz del gobierno, Yoshihide Suga.
“Hemos decidido abandonar ese objetivo y apuntar a una reducción de 3,8% entre 2005 y 2020″, lo que equivale a un aumento de 3% con respecto al nivel de 1990, según los cálculos de la prensa japonesa.
Este nuevo objetivo debe ser anunciado la próxima semana por el ministro japonés del Medio Ambiente en la Conferencia sobre el Clima de la ONU que se lleva a cabo hasta el 22 de noviembre en Varsovia.
Dicho objetivo fue fijado basándose en la hipótesis de que Japón estaría sin energía nuclear durante el periodo concernido, lo que significa que “el objetivo podrá ser corregido ulteriormente”, según Suga, si entretanto algunos reactores nucleares son puestos a funcionar de nuevo, lo que el gobierno de derecha de Shinzo Abe desea.