En plena celebración de Fiestas Patrias es inevitable pensar en choripanes, empanadas y asados. Pero luego de los festejos vienen los sentimientos de culpa por los kilos subidos en estas fechas, por lo que muchos se inscriben en el gimnasio y se ponen a régimen.
Sin embargo, antes de rebajar de golpe la ingesta de alimentos o evitar ciertos productos por parecer “muy calóricos”, debes tener en cuenta que algunas creencias en torno a las dietas están equivocadas.
Así lo dio a conocer The Huffington Post, que a través de un artículo enlistó cinco de los mayores errores que cometen las mujeres cuando se proponen mantener la línea.
¿Cometes alguno?
1.- “Como mucho menos y me ejercito mucho más”.
De acuerdo a Rebecca Scritchfield, nutricionista registrada y experta del fitness, “Cuando bajas las calorías drásticamente le estás diciendo a tu cuerpo que disminuya la velocidad de tu metabolismo y detenga la pérdida de peso”.
Además, es probable que tu apetito no se ajuste fácilmente a tu nuevo plan dietético, de modo que aunque bajes algunos kilos en el corto plazo puede que los vuelvas a ganar (e incluso un poco más) al minuto en que cedas a los atracos.
Consejo: el promedio de ingesta diaria es de 2.000 calorías, no obstante, para que sepas con exactitud la cantidad que debes consumir cada 24 horas puedes utilizar ciertas calculadoras (como la de www.legourmett.com) que se ajustan a tu edad, peso, estatura y nivel de actividad física.
2.- “La gente se siente menos hinchada cuando deja de comer glúten”.
Las personas que sufren de hinchazón relacionada con el trigo podrían tener la enfermedad celíaca, un desorden autoinmune que provoca que este contenido dañe el intestino delgado, por lo que es inexacto decir que el glúten en sí causa inflamación en el estómago.
El problema, es que al dar crédito a esta creencia muchas mujeres evitan todas las formas de glúten, incluidos los saludables granos enteros y, lo que es peor, cambian la comida elaborada con harina de trigo por aquella hecha de arroz, harina de soya o maíz procesados.
Consejo: según recomienda la Guía Dietética Estadounidense de 2010, las personas deberían cambiar los granos refinados por aquellos enteros. Incluso, aquellos diagnosticados con alguna sensibilidad al glúten pueden disfrutar granos libres de esta glicoproteína como la quinoa, el amaranto, el trigo sarraceno y el lino.
3.- “El aceite de oliva es tan bueno para mí”.
Muchas mujeres creen que el aceite de oliva es algo “mágico”, ideal para acompañar sus ensaladas sin necesidad de sentirse como si estuvieran pecando. Incluso algunas piensan que los beneficios de este producto, como los antioxidantes y la vitamina E, anulan sus calorías.
Sin embargo, las nutricionistas Tammy Lakatos Shames y Lyssie Lakatos explicaron que pese a sus beneficios debe tenerse en cuenta que “sigue siendo un aceite”. A ello, agregaron que cada cucharada sopera de este líquido contiene 120 calorías y 14 gramos de grasa en promedio.
“La gente puede llegar a poner 300 calorías en la sartén incluso antes de empezar a cocinar”, advirtieron.
Consejo: mide la cantidad de aceite que usas para cocinar, junto con la cantidad de aderezos o salsas que incluyes. Pon el aceite de oliva en una botella tipo spray, para que se consuma más lento.
4.- “Las nueces son básicamente pequeñas pastillas de grasa”.
La nutricionista Keri Glassman explicó al HuffPost que a muchos de sus clientes “aún les da miedo comer nueces”, pese a conocerse estudios que indican que éstos poseen un alto nivel de “grasas buenas”.
Ante ello, la experta recordó que esta grasa no sólo es un nutriente esencial sino que también puede ayudar a perder peso, al provocar una sensación de saciedad que evita atracones.
Consejo: elige almendras en vez de pretzels o papas fritas de bolsa, que contienen muchos menos nutrientes. En cuanto a las porciones se recomienda comer una palma de maní, almendras o castañas de cajú, entre otros.
5.- “La fruta está cargada de azúcar que provocará que suba los kilos perdidos”.
Si bien los “dulces naturales” tienen un alto porcentaje de azúcar, las frutas frescas poseen vitaminas esenciales, minerales y fibra que te pueden ayudar a sentirte satisfecha por más tiempo, de acuerdo a Scritchfield.
Consejo: come entre 2 y 3 porciones de fruta entera. También puedes probar con una copa de arándanos, frambuesas o frutillas, que contribuirán a tu bienestar general.