El incendio este viernes de madrugada de un psiquiátrico de madera causó 37 muertos en la región rusa de Novgorod, cinco meses después de otro drama idéntico en la zona de Moscú.
Las llamas destruyeron completamente el edificio, del que sólo quedaban ruinas humeantes, vigas calcinadas y chapas ennegrecidas, constató una periodista de la AFP. Sólo quedaron en pie los zócalos y las chimeneas de ladrillo.
“Hemos retirado de entre los escombros los cuerpos de 10 personas sobre un total de 37 muertos”, afirmó la oficina local del comité de investigación para la región de Novgorod.
Los socorristas evacuaban cuerpos en fundas de plástico negro a medida que los iban encontrando entre los escombros.
Un balance anterior daba cuenta de dos muertos y 35 desaparecidos en este establecimiento situado a unos 220 km al sudeste de San Petersburgo, en el exterior de un pueblo pequeño llamado Luka.
Según distintas fuentes, unas 60 personas se encontraban en el edificio, entre ellas el personal. Unas veinte personas consiguieron salir a tiempo del edificio.
En este inmueble del psiquiátrico, formado por nueve edificios, se encontraban hombres enfermos con patologías graves que obstaculizaron la evacuación, contó el gobernador regional Serguei Mitin.
“Por la noche había tres miembros del personal además de los enfermos: una enfermera, una auxiliar de clínica y el portero, Alexei”, afirmó a la AFP una vecina, Natalia.
“La auxiliar de clínica, Yulia, murió salvando a pacientes. Tenía 40 años y deja cuatro hijos”, añadió.
El incendio comenzó a poco antes de las 03:00 de la madrugada. Un responsable de los servicios de socorro afirmó que a las 04:25 ya había destruido 670 metros cuadrados.
La esposa del portero cuenta, citando a su marido, las escenas de pánico vividas.
“Hubo una humareda y el fuego se propagó muy pronto. Junto con la enfermera, empezaron a despertar a los enfermos. Él consiguió que salieran 14; a muchos había que empujarlos por la ventana, algunos no querían salir, o no lo hacían rápido, mi marido dijo que era terrible”, contó la mujer.
“En muy poco tiempo ya no se podía entrar en el edificio. Los bomberos llegaron bastante pronto, pero en ese momento estaba todo en llamas”, agregó esta mujer, Lidia Vasilieva.
El edificio tenía 200 años, contó una vecina llamada Natalia. “Había pacientes pirómanos, los habían sorprendido varias veces”, dijo.
Un responsable del establecimiento, el médico Gusein Magomedov, cree que un paciente pudo haber “prendido fuego”. El comité de investigación abrió una instrucción judicial por homicidio imprudente y “negligencia”.