Autoridades localizaron este jueves restos de al menos siete personas en una fosa cercana a la Ciudad de México e investigan si son parte de los 12 jóvenes secuestrados hace casi tres meses en un céntrico bar capitalino, cuyas familias están en una angustiosa espera.
El procurador (fiscal) de la capital, Rodolfo Ríos, informó a la prensa que “han sido encontrados hasta el momento siete cuerpos en una fosa (…) pero continúa la excavación”.
El funcionario explicó que, “debido a las condiciones en que se encuentran” los cuerpos, no es posible verificar las identidades y es necesario esperar al menos dos días para que los resultados de análisis de ADN confirmen si se trata de los jóvenes raptados.
Este secuestro masivo generó un gran impacto mediático y político en México por la cantidad de víctimas y la forma en que fue perpetrado, a plena luz del día a la salida del bar After Heaven, situado a escasos metros de una sede policial y del emblemático monumento Ángel de la Independencia del transitado Paseo de la Reforma.
La fosa fue localizada en el parque ecológico conocido como La Mesa del municipio de Tlalmanalco, perteneciente al estado de México y ubicado unos 30 km al sureste de la capital, señaló la Procuraduría General de la República (PGR).
El titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, explicó a la prensa que el hallazgo se dio durante la inspección de un rancho donde se había denunciado la presencia de armas de fuego.
Según el procurador capitalino, la PGR llegó la tarde del miércoles a la zona y “detuvo a dos personas que se encontraban cerca del lugar de esta fosa clandestina, que eran lugareños”. Sin embargo, Murillo Karam negó que hayan habido detenciones.
De su lado, Ricardo Martínez, abogado de algunas de las familias de los raptados, dijo que un policía en el lugar le confirmó hacia la medianoche que son dos las fosas encontradas a raíz de las indicaciones de dos detenidos, quienes aseguran que en total hay 13 cuerpos enterrados y 12 de ellos serían los jóvenes secuestrados.
El gobierno capitalino considera que este es un caso “aislado” de violencia producto de una pugna entre pandillas dedicadas a la venta de droga a pequeña escala, y niega que en la urbe operen los poderosos cárteles mexicanos.
Pero este secuestro puso en entredicho la percepción de que la capital permanece a salvo de la brutal violencia del narcotráfico en buena parte del país.
La incertidumbre de las familias
En Tlalmanalco, la policía cortó el paso del camino de tierra que conduce a la fosa un 1,5 km antes del lugar. Se trata de una zona montañosa en la que hay algunas viviendas humildes rodeadas de frondosos bosques de pinos. Varias mujeres -aparentemente familiares- estuvieron en el lugar sin hacer declaraciones, algunas llorando.
A petición de mantener el anonimato, un policía federal desplegado en el lugar dijo a la AFP que los trabajos empezaron el miércoles en la mañana.
“Primero encontramos armas de uso exclusivo del Ejército en un trailer estacionado en el rancho que está justo al lado de las fosas. Luego nos percatamos de que había un trecho de suelo cubierto con cemento, empezamos a cavar y hallamos los cuerpos”, explicó.
Familiares de los secuestrados, que tienen entre 16 y 34 años, se presentaron angustiados en la procuraduría (fiscalía) antes de la comparecencia de Ríos y se quejaron de que su respuesta solo fue leerles el comunicado antes que a los medios.
“Nos dijo que no podía confirmar ni negar nada (…) Estamos desesperados con la incertidumbre”, dijo a la AFP Eugenia Ponce, tía del adolescente secuestrado Jerzy Ortiz.
El secuestro ocurrió la mañana del domingo 26 de mayo cuando un grupo de 17 individuos ingresó al After Heaven y sacó a los jóvenes, que llevaban allí desde la madrugada, para llevárselos en camionetas.
Dos de los dueños del establecimiento fueron arrestados, mientras que el cadáver de un tercero fue hallado calcinado en julio.
Según el gobierno capitalino, la razón del plagio apunta a una disputa entre las pandillas La Unión y Tepis, dedicadas a la venta de droga desde el céntrico y conflictivo barrio de Tepito.
La mayoría de los jóvenes desaparecidos, siete hombres y cinco mujeres, proviene de ese barrio y al menos dos de ellos tienen padres que están purgando penas en prisión.