Acostumbrados a sus formas difusas, esponjosas o abstractas, para cualquier persona observar una nube que sigue un patrón aparentemente programado puede provocar extrañeza. Más aún si estas tienen la matemática forma… de un espiral.
Se trata de los llamados vórtices Von Kármán, en honor al físico húngaro-estadounidense que logró explicarlos por primera vez. Esto, si consideramos que la atmósfera terrestre se comporta como si fuera un fluido, provocando que estas formaciones aparezcan donde quiera que un objeto la perturbe, como el ala de un avión, un puente o incluso una isla.
La primera imagen fue captada el 22 de mayo pasado por el satélite Terra de la NASA bajo la isla mexicana de Socorro, en el océano Pacífico. Sin embargo los satélites ya habían logrado registrar este peculiar evento en la isla mexicana de Guadalupe, en el mar de Groenlandia, en la Antártica e incluso frente a las costas de Chile.
De hecho, una de las más asombrosas es la que el mismo observador espacial captó el 13 de enero de este año, donde se aprecia a las islas de Alejandro Selkirk y Robinson Crusoe, en el archipiélago de Juan Fernández, crear estos bellos patrones. Puedes revisarla más abajo.
¿La razón? Con 1.650 metros y 922 metros de altura sobre el nivel del mar, respectivamente, ambas islas son capaces de perturbar el flujo de aire lo suficiente como para crear vórtices Von Kármán, vistos desde el espacio como si los territorios insulares fueran barcos en movimiento sobre el mar, dejando su estela.