En medio del revuelo que originó la columna del rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, en el diario El Mercurio, sobre el silencio del ex comandante en jefe del Ejército y actual director del Servicio Electoral, Juan Emilio Cheyre, en casos de Derechos Humanos, llegó al país Ernesto Lejderman, quien a los dos años de edad fue entregado en adopción por el propio Cheyre al convento de monjas La Providencia, en la ciudad de La Serena, en diciembre de 1973, luego que sus padres fueran asesinados por una patrulla militar del regimiento Arica.
Si bien Lejderman le quita cualquier responsabilidad a Cheyre en la muerte de sus padres, cree que el ex comandante en jefe del Ejército no contó todo lo que sabía.
Para el abogado de Derechos Humanos, Héctor Salazar, la supuesta responsabilidad de Cheyre en el caso Lejderman fue desestimada por la justicia, y aseguró que sin ánimo de defenderlo, cree poco probable que este ocultando información.
Ernesto Lejderman vio morir a sus padres a los dos años, luego que estos fueran fusilados por una patrulla militar del regimiento Arica el 8 de diciembre de 1973. Siendo entregado horas después en adopción a la religiosas, a quienes en la época se dio como versión oficial que los padres del menor se habían suicidado dinamitándose.
El año 2007, en tanto, la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago condenó a diez años y un día de cárcel a los autores materiales de estos homicidios, el brigadier en retiro, Fernando Polanco Gallardo, y los suboficiales en retiro, Luis Fernández Monje y Héctor Vallejos Birtiola.