Sandra Ávila Beltrán, una mexicana conocida como “Reina del Pacífico” que espera a ser deportada de Estados Unidos tras purgar una condena por encubrir a un narcotraficante, obtuvo un recurso que impide su aprehensión en México por delitos no graves, informó este viernes una fuente oficial.

“Se admite la demanda de garantías en sus términos, tramítese (…) el incidente de suspensión” para Sandra Ávila Beltrán, dice un escueto informe del Juzgado Cuarto de Distrito de Amparo en Materia Penal de Ciudad de México.

Se trata de una “suspensión provisional” que impide que las autoridades mexicanas la arresten “por un delito que no sea grave”, explicó a la AFP una fuente judicial que pidió el anonimato.

Esta medida, que es el primer paso para obtener un recurso de amparo definitivo, “está condicionada a que el delito (que se le impute) no sea grave. Si la fiscalía solicita una orden de reaprehensión por un delito grave, la suspensión no aplica”, insistió.

Entre los delitos tipificados como graves en México se encuentran la participación en delincuencia organizada, narcotráfico, portación de armas de uso exclusivo del ejército y utilización de recursos de procedencia ilícita.

Consultada por la AFP, la Fiscalía General se negó a revelar si ya solicitó una orden de reaprehensión contra Ávila, pero el 31 de julio, una fuente judicial dijo bajo anonimato que la “Reina del Pacífico” será detenida a su llegada a México debido a una investigación pendiente por lavado de dinero.

“Tiene pendiente una averiguación previa por lavado de dinero a través de adquisición de bienes inmuebles”, dijo entonces la fuente.

Ávila, quien fue detenida en Ciudad de México en 2007 y extraditada a Estados Unidos en agosto de 2012, fue sentenciada el 25 de julio por una corte federal de Miami (sureste de Estados Unidos) a 70 meses de cárcel por encubrimiento al capo colombiano Juan Diego Espinosa “El Tigre”.

Sin embargo, el juez consideró que Ávila ya cumplió su pena durante sus años de encarcelamiento en México y ordenó su deportación, la cual espera desde el miércoles en un centro migratorio de El Paso, Texas (sur de Estados Unidos).

Según su abogado, la deportación podría producirse en cualquier momento: “este fin de semana o la otra semana”.