Como cada año, un grupo de penquistas se reúne para celebrar el cumpleaños de quién es sin duda uno de los íconos vivientes de la ciudad: nuestra Mireya.

Durante un día, Mireya olvida la lucha diaria que debe librar contra las adversidades, y se convierte en la reina. Ante ella desfilan amigos que la agasajan con regalos, comida e incluso una torta, para celebrar lo que nos brinda cada día: compañía, consejos, e incluso una que otra broma.

Ella se emociona con cada gesto y agradece feliz. Riendo. Con esa sonrisa tan amplia como la vida misma.

¡Feliz cumpleaños, querida Mireya!

Mireya

Mireya

Mireya

Mireya

Mireya

Mireya