Los partidarios del presidente egipcio depuesto Mohamed Mursi se mostraron decididos hoy a continuar su movilización a pesar de las amenazas del poder de dispersar por la fuerza sus concentraciones en El Cairo, un día después de que 72 personas murieran en enfrentamientos con la policía.
Por su parte, las fuerzas de seguridad egipcias mataron a 10 personas en las últimas 48 horas en la península del Sinaí, según la agencia de noticias oficial Mena.
Durante la noche todavía se registraron episodios violentos en el país, como en Port Said, noreste, donde se registraron varios heridos.
“Hay sentimientos de tristeza y de cólera, pero también una gran determinación” en el bando de los partidarios de Mursi, afirmó un portavoz de los Hermanos Musulmanes, Gehad el Hadad.
Hadad rechazó cualquier compromiso que suponga avalar el derrocamiento de Mursi, primer presidente del país elegido democráticamente en junio de 2012.
Los Hermanos Musulmanes, movimiento del que salió Mursi, reclaman su reincorporación como condición previa a cualquier discusión.
“Aceptamos cualquier iniciativa a condición de que se base en la restauración de la legitimidad y anule el golpe de Estado. No negociaremos con el ejército”, dijo.
En los alrededores de la mezquita Rabaa al Adawiya, en el nordeste de El Cairo, los varios miles de partidarios de Mursi que llevan allí acampados casi un mes pasaron una nueva noche en un pueblo de carpas, rodeados de carteles y de pancartas con la imagen del presidente islamista depuesto.
El ministro del Interior, Mohamed Ibrahim, prometió una intervención “en el marco de la ley” con “el menor número de pérdidas posible” y pidió a los manifestantes que abandonen el lugar “para evitar un derramamiento de sangre”.
Los 72 muertos registrados en los enfrentamientos del sábado por la mañana en El Cairo constituyen el balance más elevado de fallecidos desde el derrocamiento de Mursi por el ejército el pasado 3 de julio.