El ejército sirio, apoyado por el Hezbolá libanés, terminaba este domingo la conquista del barrio de Jaldiyé, uno de los mayores de la tercera ciudad siria, Homs (centro), llamada “la capital de la revolución” por los rebeldes.
La conquista de Jaldiyé, que se había convertido en uno de los símbolos de la rebelión contra el presidente Bashar al Asad, significa que al régimen sirio sólo le quedaría un puñado de barrios rebeldes en la ciudad vieja de Homs antes de hacerse totalmente con la tercera ciudad de Siria.
El régimen, gracias a su ejército del aire, su artillería y apoyado por el potente Hezbolá en su guerra contra los rebeldes, empezó hace 29 días la ofensiva contra esta ciudad esperando reeditar su éxito militar en la ciudad de Quseir, bastión insurgente de la provincia de Homs que fue conquistado en junio tras una fuerte resistencia de un año.
La televisión estatal siria anunció que el ejército controlaba “casi todo” el sector y mostró imágenes de cuerpos, aparentemente de combatientes, que yacían entre edificios destruidos.
Un oficial del ejército entrevistado por el canal afirmó que “no queda más que el norte del sector, que será liberado en las próximas 24 horas”.
“El ejército y el Hezbolá controlan la mayor parte de Jaldiyé después de haber avanzado en las últimas 24 horas; los combates se concentran actualmente en las periferias norte y sur del barrio”, indicó por su parte a la AFP Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña.
Pero la coalición opositora minimizó el avance del ejército denunciando el “bombardeo ciego” del sector y estimó que el régimen “anuncia victorias ficticias”, según un comunicado.
El canal de TV panárabe Al Mayadeen, con sede en Beirut, considerado partidario del régimen de Damasco, difundió imágenes de edificios derruidos y de calles totalmente desiertas, casi invisibles a causa de la importante cantidad de escombros.
El sábado, el ejército se apoderó de la mezquita histórica de Jaled Ben Walid, en el centro del barrio, según el OSDH y los medios oficiales.
Jaldiyié y el centro histórico de Homs están cercados desde hace más de un año por el ejército y son bombardeados casi diariamente.
Mientras, en Alepo (norte), el balance de víctimas civiles muertas el viernes en un ataque con misil tierra-tierra en el barrio de Bab Nairab subió a 32 muertos, incluidos 19 niños, según un nuevo balance del OSDH.
El ataque estaba en principio dirigido al cuartel general de unos combatientes, según la ONG, pero el misil cayó sobre una viviendas de civiles.
Los combates y bombardeos continuaban también este domingo en la provincia de Damasco y de Alepo.
Además, el OSDH difundió un nuevo balance de 120 muertos en los combates entre yihadistas y kurdos en el noreste del país.
En el ámbito político, la oposición siria pidió a la ONU que revele los “detalles” del acuerdo al que llegó con el gobierno sirio para investigar el eventual uso de armas químicas en la guerra, tras la visita de dos enviados especiales de Naciones Unidas a Damasco esta semana.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que el lunes se reunirá con los enviados, declaró el sábado que no divulgará el contenido del acuerdo antes de examinarlo.
La oposición condenó también el domingo la “ejecución colectiva” de decenas de soldados sirios capturados por los rebeldes en el norte del país y anunció la creación de una comisión de investigación.