Decenas de simpatizantes de Mohamed Mursi murieron este sábado en El Cairo en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad que estallaron tras una noche de masivas manifestaciones a favor y en contra del presidente islamista depuesto.
Un periodista de la AFP contó 37 cadáveres alineados en la morgue improvisada de un hospital de campaña gestionado por los islamistas en El Cairo. Los médicos de este centro aseguraron que todos fallecieron tras ser alcanzados por balas reales durante los enfrentamientos.
Los médicos de este hospital de campaña indicaron que en total 75 personas fallecieron y precisaron que sus cuerpos fueron trasladados hacia otros centros.
Por su parte, el balance proporcionado por el ministerio de Sanidad ascendió a 29 fallecidos.
La violencia estalló horas después de que el ministro del Interior, Mohamed Ibrahim, advirtiera que el campamento que los partidarios de Mursi mantienen desde hace casi tres semanas alrededor de la mezquita Rabaa al Adawiya en la capital de Egipto será desmantelado “en el marco de la ley”.
El pasado 3 de julio, el ejército egipcio depuso al islamista Mohamed Mursi, el primer presidente elegido democráticamente del país, después de que se registraran importantes manifestaciones que pedían su partida.
Desde entonces, decenas de miles de partidarios de los Hermanos Musulmanes, movimiento del que procede Mursi, permanecen acampados alrededor de esta mezquita en el barrio cairota de Nasr City, con la intención de lograr su reincorporación.
Por otro lado, los médicos del hospital de campaña de los Hermanos Musulmanes informaron de que al menos otras 1.000 personas resultaron heridas en estos enfrentamientos contra la policía registrados este sábado a primera hora de la mañana en la carretera que conduce al aeropuerto internacional de El Cairo.
En cambio, el ministerio de Sanidad dio cuenta únicamente de 177 heridos.
Un líder de la cofradía, Murad Ali, dijo a la AFP que la policía disparó balas reales.
Sin embargo, la agencia de noticias oficial Mena citó a un alto responsable de seguridad que aseguró que la policía utilizó únicamente gases lacrimógenos contra los manifestantes que lanzaban piedras. En la zona se escucharon disparos de perdigones, pero no se pudo determinar de qué bando procedían.
Los pro-Mursi subrayaron que estos enfrentamientos se produjeron tras el discurso del jefe del ejército, el general Abdel Fatah al Sisi, que pidió a los egipcios salir a la calle el viernes para darle un “mandato” para “acabar con el terrorismo”.
“Estas declaraciones de Sisi incitan a la violencia y el odio y sirven para cubrir los crímenes odiosos del ejército y de la policía egipcios”, aseguraron en un comunicado.
“Marco de la ley”
Los egipcios se movilizaron masivamente el viernes en todo el país, respondiendo a las convocatorias realizadas por uno u otro bando. Siete manifestantes murieron y 194 resultaron heridos durante los enfrentamientos en Alejandría (norte), la segunda ciudad del país.
La violencia relacionada con los problemas políticos del país dejaron más de 250 muertos en un mes. Además, la península del Sinaí se enfrenta a una rebelión latente, que el viernes dejó un muerto y cinco soldados heridos a manos de hombres armados.
Por otro lado, la justicia ordenó la detención preventiva durante un máximo de 15 días de Mohamed Mursi, el cual permanece retenido por el ejército en un lugar secreto desde el día de su derrocamiento.
El tribunal de El Cairo que ordenó su detención preventiva le acusa de ser supuestamente cómplice de operaciones mortales contras las fuerzas de seguridad, imputadas al Hamas palestino, llevadas a cabo durante la revuelta contra el presidente Hosni Mubarak en 2011.
Los cargos se centran principalmente en la ayudada que Hamas le habría proporcionado para evadirse de la cárcel en la que el régimen de Mubarak le había encarcelado.