Activistas y víctimas de abusos en México aprovecharon la primera visita del papa Francisco a América Latina para pedirle este jueves que paralice la canonización de Juan Pablo II hasta que se esclarezca si encubrió casos de pederastia en la Iglesia.
Desde hace años, asociaciones mexicanas reprochan la falta de determinación y transparencia de Karol Wojtyla, a quien Francisco se apresta a canonizar, contra curas señalados por pedofilia, entre ellos el fundador de los Legionarios de Cristo, el mexicano Marcial Maciel, acusado de abusos sexuales a menores y de mantener una doble vida oculta en la que tuvo varios hijos.
El ex sacerdote Alberto Athie, que en 2000 colgó los hábitos para convertirse en una de las principales voces de denuncia de sacerdotes pederastas, dijo a la AFP que Francisco tiene el poder de “pasar esta página negra de la historia de la iglesia” y demostrar si “está dispuesto a buscar su renovación verdadera en el mundo contemporáneo”.
Eso pasaría, afirma el activista, por colaborar con la ONU, que el 10 de julio exigió por primera vez en la historia al Vaticano explicaciones detalladas sobre los abusos sexuales y otros actos de violencia contra niños en el seno de la Iglesia católica.
El Papa, considera Athie, debe entregar al Comité de los Derechos de la Infancia del organismo todos los informes sobre pederastia, incluidos los de Maciel (1920-2008), de quien en México se disponen al menos 212 casos documentados.
“Y, luego, pedimos explícitamente al papa Francisco que detenga la canonización de Juan Pablo II porque su papado se encuentra en investigación bajo sospecha de delitos contra los derechos humanos y contra la integridad física y moral de miles de niños”, sentencia.
Asociaciones como la Red de Sobrevivientes de Abusos del Clero se han sumado a esta petición considerando que hay suficientes elementos para señalar que Juan Pablo II encubrió a Maciel por ser un “personaje importante en la nueva evangelización”, dice el ex sacerdote.
De darse la canonización de Juan Pablo II, prevista para finales de año, el ex sacerdote cree que “toda la credibilidad de la Iglesia en materia de reconocer al heroísmo se derrumbará estrepitosamente”.
Francisco llegó el lunes a Brasil en su primer viaje internacional como papa para presidir la Jornada Mundial de la Juventud y revitalizar a la Iglesia católica en América Latina.