En una cultura donde estamos bombardeados por estereotipos de belleza, incluso la mujer más hermosa puede tener “defectos corregibles”.
Así lo deja de manifiesto el fotógrafo Marc Erwin Babej, quien en un trabajo titulado “Máscara de la perfección” deja al descubierto como la belleza natural es vista por los cirujanos plásticos como un trabajo que se puede mejorar.
Para ello, se asesoró de su amiga Maria LoTempio, una profesional del área, que le mostró los defectos que los cirujanos han sido entrenados para ver.
Es así como ambos reclutaron a 12 modelos veinteañeras, que serían consideradas tradicionalmente hermosas y que nadie pensaría que necesitan cirugía estética.
Luego, LoTempio marcó con un lápiz lo que se debería corregir en el rostro de estas mujeres, de acuerdo a los estándares de su profesión.
“Todas las pacientes fueron inicialmente evaluadas a través de un conjunto de imágenes clínicas (frontal, 3/4 y perfiles completos de cada lado) y a continuación, examinadas en persona. Por último, se les hicieron marcas de pre-operatorias” con los procedimientos recomendados a cada joven para alcanzar la “perfección”, señaló el artista.
“Yo tengo una opinión personal sobre el tema, pero nunca hablaré de ello, porque en realidad no es el punto”, dijo Babej, agregando que su objetivo es que las imágenes trabajen como una especie de test de Rorschach (famoso test de las manchas) en el espectador y motivarlos a pensar sobre el asunto.