La Unión Europea (UE) decidió este lunes incluir al brazo armado de Hezbolá en su lista negra de organizaciones terroristas, pero deberá resolver un asunto práctico: cómo distinguirlo del brazo político del movimiento islamista chiita, que forma parte del gobierno libanés.
“Es positivo que la UE haya decidido llamar a Hezbolá lo que es: una organización terrorista”, celebró el ministro de Exteriores holandés, Frans Timmermans.
La decisión supone “congelar sus haberes, bloquear su financiación y, por lo tanto, limitar su capacidad de acción”, añadió el ministro.
La UE ha “enviado un mensaje claro y unánime contra el terrorismo”, se congratuló el británico William Hague. En igual sentido se pronunció Israel: la decisión muestra al mundo entero que Hezbolá es “terrorista”.
Holanda y Reino Unido querían que los europeos dieran una respuesta, tras “la implicación” de la milicias del movimiento chiita proiraní en el atentado de Burgas (Bulgaria), en el que fallecieron cinco turistas israelíes y un búlgaro el 18 de julio del año pasado, además del presunto autor.
Además del atentado en Bulgaria, los europeos citan la condena en Chipre en marzo de un presunto miembro de Hezbolá, acusado de haber planeado un ataque contra los intereses israelíes en la isla mediterránea.
Sobre eso había consenso entre los 28 países de la UE, pero el problema es que a algunos países como España, Italia, Malta o Irlanda, les preocupaba el impacto que podría tener tal decisión en Líbano, donde Hezbolá tiene una enorme presencia e influencia política y social.
Para España, es necesario que el acuerdo “no prejuzgue el diálogo con todos los partidos que forman parte del Gobierno de Líbano, que no prejuzgue la ayuda humanitaria o las transferencias financieras”, dijo el ministro José Manuel García-Margallo, a su llegada a Bruselas.
Los ministros se comprometieron a “mantener el diálogo” con todos los partidos políticos libaneses, incluido Hezbolá, que desempeña un papel clave en el seno del gobierno del primer ministro saliente Najib Mikati, donde es mayoría.
Pocos días atrás, Líbano exhortó a la UE que no incluya al brazo armado de la milicia chiita en su lista de organizaciones terroristas “sin que haya pruebas objetivas y decisivas”.
La situación en Líbano es complicada ante una creciente inestabilidad política y social, que se ha deteriorado debido al conflicto en Siria. Y en ese sentido en nada ayudó la participación de Hezbolá, aliado de Damasco, en los combates en Siria.