El primer ministro japonés, Shinzo Abe, anunció este lunes la necesidad de llevar a cabo dolorosas reformas destinadas a fortalecer la economía japonesa después de la gran victoria lograda en los comicios para renovar el Senado.
Para Abe, la victoria del Partido Liberal Democrático y de su socio de coalición Nuevo Komeito supone un espaldarazo para la política económica, que mezcla grandes estímulos y una agresiva flexibilidad monetaria.
“Anunciamos a los votantes en esta elección que íbamos a proseguir la política económica. Nos han dado su apoyo después de que dijéramos que éste es el único camino”, afirmó en una conferencia de prensa.
La victoria significa que el gobierno controla ambas cámaras por lo menos hasta 2016, lo que le permitirá desbloquear el cuello de botella que entorpeció la labor de sus predecesores.
Esto permitirá a Abe proseguir con las dolorosas reformas estructurales destinadas a sacar a Japón de dos décadas de depresión económica.
El PLD y Komeito cuentan en el nuevo Senado con 135 de los 242 escaños. El principal partido de la oposición, el Partido Democrático de Japón, se ha quedado con 59.
La abstención ha sido alta, ya que solo el 52,61% de los votantes censados acudieron a las urnas.
La Bolsa de Tokio llegó a subir 1,23% en la apertura, aunque después cerró la sesión con un avance más discreto del 0,47%.
Abe dijo que acelerará las decisiones y la ejecución de las políticas, saliendo al paso de los temores de que no profundizará en la reforma del mercado laboral ni en la supresión de barreras comerciales ahora que las elecciones han pasado, y se centrará, en cambio, en proyectos nacionalistas.
“Sin una economía fuerte, no podemos cimentar la política fiscal para sostener la seguridad social y ocurre lo mismo con la diplomacia y la seguridad nacional. Nos centraremos en esto a partir de ahora”, dijo.
Desde que llegó al poder en las elecciones de diciembre, Abe ha abierto el grifo del gasto público y presionó la banco central para que inunde el mercado con dinero.
Los economistas siguen divididos sobre los efectos a largo plazo de la política de Abe, conocida como “Abenomics”, que entraña un mayor endeudamiento del estado que ya tiene una deuda descomunal: más del doble del PIB japonés.
El gobierno prevé un aumento del IVA el próximo año como primer paso para reducir la deuda, pero -consciente de que esto puede deprimir el consumo- Abe aseguró el lunes que todavía no hay acuerdo.
“Adoptaremos la decisión final este otoño”, una vez que se tengan los datos de abril a junio, dijo.
El periódico económico Nikkei dijo que Abe tiene una oportunidad sin precedentes para realizar reformas, desregular, promover el libre comercio y reconstituir las deterioradas finanzas públicas.
Abe tendría que “concentrar todo su capital político para el éxito del Abenomics”, sostiene el Nikkei en su editorial.
“Esperamos que esta elección sea un punto de inflexión para Japón para que salga de dos décadas económicas y políticas perdidas”, prosigue.
Los detractores de Abe temen que el ‘Abenomics’ sea un caballo de Troya para garantizar al primer ministro suficiente poder para llevar a cabo su agenda social conservadora.
Temen que ello suponga una flexibilización del compromiso constitucional de Japón con el pacifismo, un reforzamiento del sector militar y un tono más estridente en las ya complicadas relaciones con China y Corea del Sur, con los que mantiene sendos diferendos territoriales.
“El deseo de la gente es que seamos firmes y demostremos logros diplomáticos en base a un poder estable”, dijo Abe en la conferencia de prensa, antes de dejar claro que quiere una “diplomacia poderosa” y “una presencia en el mundo firme”.