El Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello presentó los resultados de la IV Encuesta sobre el Sistema de Salud Chileno, expresando que “éste obtuvo nota deficiente en las tres mediciones (2010-2012), y nota 3,8 en 2013″.
Informó que el estudio realizado de forma presencial a 1.201 casos, segmentados según sexo, nivel socioeconómico y edad de las regiones de Santiago, Valparaíso y Concepción, evidenció que “existe una baja percepción general sobre la calidad del sistema de salud y predomina una visión pesimista de su futuro, tanto a nivel sistema en general como a nivel de acceso personal”, expresó el académico de la Universidad Andrés Bello y ex superintendente de Salud, Manuel Inostroza.
Del mismo modo, existe la percepción de que el gasto personal en salud ha aumentado. Dicho porcentaje pasa de 47% el 2010 a 52% el 2013. Lo anterior, refuerza la segmentación del sistema chileno de salud.
Inostroza dijo que “el acceso a prestaciones es mejor evaluado por los encuestados que pertenecen al nivel socioeconómico más acomodados (C1 y C2) y por los afiliados a Isapre. Situación contraria sucede con la percepción de riesgo”.
La percepción de protección financiera es mayor a nivel personal (24%) que a nivel de población general (6%).
Respecto a la evaluación de la atención, las dimensiones mejor evaluadas corresponden a las labores que realizan los profesionales y técnicos de la salud (médicos, enfermeras y auxiliares). Por su parte, las dimensiones peor evaluadas corresponden a las administrativas (tiempos de espera y forma de solicitar hora médica por teléfono).
El 50% de encuestados piensa que “los médicos que le atendieron” son “buenos o muy buenos”, bajando un 8% respecto de 2012.
A medida que se desciende por nivel socioeconómico, empeora la evaluación que los encuestados realizan de los médicos que le atendieron. En promedio, las calificaciones van desde 5,9 a 5,0.