Siete personas murieron y 270 resultaron heridas en enfrentamientos nocturnos entre manifestantes favorables al presidente egipcio derrocado Mohamed Mursi y las fuerzas de seguridad en El Cairo, donde se esperaba para el martes o el miércoles el anuncio oficial del gobierno de transición.
Siete personas murieron en el barrio de Guizé (sudoeste de El Cairo) y otras dos en el sector de Ramses, cerca de uno de los principales puentes sobre el Nilo y de la plaza Tahrir, dijo a la AFP el jefe de los servicios de urgencia, Mohamed Soltan.
Los enfrentamientos causaron siete muertos, confirmó por su lado a la agencia oficial MENA el doctro Jaled al Jatib, jerarca del ministerio de Salud.
En la zona de Ramses hubo 134 heridos y en Guizé 130, indicó Soltan. Otras seis personas fueron heridas cerca de la mezquita de Rebaa al Adawiya.
El balance precedente daba cuenta de sólo 22 heridos.
Los enfrentamientos se produjeron tarde en la noche del lunes, al término de una nueva jornada de protestas, durante la cual decenas de miles de partidarios de Mursi salieron a las calles.
La policía egipcia informó de cuatro miembros de los servicios de seguridad heridos, sin precisar si estaban incluidos en el balance proporcionado por las fuentes médicas.
Unas cien personas murieron en enfrentamientos en Egipto desde el 3 de julio pasado, día en que las Fuerzas Armadas derrocaron al presidente Mohamed Mursi.
Los partidarios de Mursi denuncian un “golpe de Estado militar”.
En cambio sus adversarios afirman que los militares se limitaron a responder a la movilización popular contra el presidente, miembro de los Hermanos Musulmanes.
Los incidentes del lunes en El Cairo son los primeros que se registran desde el 8 de julio pasado cuando tropas de la Guardia Republicana mataron a 53 manifestantes favorables a Mursi delante del cuartel de esa fuerza de élite.
Los Hermanos Musulmanes seguirán manifestando pacíficamente, dijo a la AFP un portavoz de la cofradía, Ahmed Aref.
Los partidarios de Mursi continúan ocupando los alrededores de la mezquita Rabaa al Adawiya, en los suburbios de Nasr Cityu, donde el lunes había decenas de miles de personas.
Los opositores a Mursi, que lo acusan de haber gobernado en beneficio exclusivo de los Hermanos Musulmanes, se reúnen por su parte en la plaza Tahrir y delante del Palacio Presidencial.
Sin embargo, la movilización de los opositores a Mursi disminuyó en forma notable en los últimos días.
El secretario de Estado adjunto de Estados Unidos, Bill Burns, exhortó el lunes en El Cairo a la calma.
“La prioridad debe ser poner fin a la violencia”, dijo Burns, primer funcionario estadounidense que viaja a Egipto desde el golpe de estado militar.
Debe haber “un diálogo serio y sostenido entre todas las partes”, agregó Burns, que culminaba su visita el martes.
Burns se entrevistó con el primer ministro Hazem Beblawi, el presidente interino Adly Mansur y el general Abdel Fatah al Sisi, el nuevo hombre fuerte del país, que permanecerá al frente del ministerio de Defensa.
El movimiento Tamarrod, impulsor de las manifestaciones de masas contra Mursi a fines de junio, rechazó una entrevista con Burns, invocando que Estados Unidos había apoyado al derrocado presidente.
Estados Unidos instó a la liberación de Mursi, detenido por las Fuerzas Armadas, pero el nuevo poder respondió que el ex jefe de estado se encontraba en “un lugar seguro” y era “tratado dignamente”.
Por su parte, el primer ministro Hazem Beblawi se comprometió a anunciar la composición del nuevo gobierno el miércoles a más tardar.
Por otra parte, Israel autorizó al ejército egipcio para que despliegue dos batallones de infantería adicionales en el Sinaí ante el aumento de ataques de grupos islamistas en esta región, anunció este martes la radio militar israelí.
En respuesta a una solicitud del ejército egipcio, el ministro de Defensa israelí, Moshé Yaalon, aceptó que estos batallones se desplieguen en El Arish, en la parte norte del Sinaí, y en Sharm El Sheij, en el sur de la península, añadió la radio.