El jefe de gobierno conservador español Mariano Rajoy, llamado a dimitir por la oposición, se enfrenta este lunes a las presiones para explicar la presunta contabilidad oculta de su partido, cuyo ex tesorero, ahora encarcelado, comparecerá ante el juez.
En prisión preventiva desde el 27 de junio en la prisión de Soto del Real, cerca de Madrid, Luis Bárcenas, el hombre que lleva seis meses haciendo tambalear a la derecha española, llegó en un furgón policial a la Audiencia Nacional, convocado a declarar por el juez Pablo Ruz que investiga este caso.
Esta comparecencia podría tener importantes repercusiones según la prensa: “Bárcenas revelará hoy al juez Ruz 19 años de contabilidad B del PP”, tituló el diario de centroderecha El Mundo.
El ex tesorero, añade el periódico, entregará al juez de instrucción “cientos de documentos originales y un ‘pendrive’ en el que figura toda la contabilidad B del partido desde 1990 y 2008″.
Por su parte, Rajoy comparecerá por primera vez ante la prensa tras las últimas revelaciones en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, tras un encuentro bilateral entre ambos mandatarios en Madrid.
En los últimos días, el escándalo nacido en enero se ha reavivado acercándose peligrosamente a Rajoy, presidente del Partido Popular desde 2004 y próximo a Bárcenas, uno de los hombres fuertes de la formación durante dos décadas, con especial predilección por el lujo y el dinero.
El 9 de julio, El Mundo, publicación que se ha vuelto muy crítica hacia el actual gobierno, publicó unos documentos contables manuscritos que probaban, en su opinión, que Rajoy, jefe de gobierno desde 2011, y otros dirigentes del partido recibieron sobresueldos ilegales durante los años 1990.
El domingo, nuevas revelaciones sacudieron de nuevo al gobierno: el mismo diario publicó varios mensajes SMS intercambiados supuestamente por Rajoy y Bárcenas.
Estos mensajes, según El Mundo, muestran como el jefe de gobierno pidió al extesorero “que negara la contabilidad B y los sobresueldos”.
“Rajoy mantuvo un contacto directo y permanente” con Bárcenas al menos hasta marzo de 2013, semanas después de que hubiera estallado el escándalo, prosigue el diario.
“Luis. Lo entiendo. Sé fuerte. Mañana te llamaré. Un abrazo”, dice uno de los mensajes atribuidos a Rajoy con fecha del 18 de enero, el día precisamente en que El Mundo había destapado el escándalo de los sobresueldos no declarados pagados con dinero proveniente de empresas privadas.
La oposición socialista se lanzó inmediatamente contra el gobierno el mismo domingo, denunciando la “connivencia” entre ambos hombres y reclamando la “dimisión inmediata” de Mariano Rajoy, como ya hizo en febrero.
El jefe de gobierno, acomodado en una mayoría absoluta en el Congreso, negó entonces tajantemente haber cobrado dinero en negro.
Tras El Mundo, el otro gran diario español, el progresista El País, publicó el 31 de enero unas notas manuscritas que en teoría formaban parte de los documentos contables gestionados por Bárcenas, que fue gerente del PP entre 1990 y 2008 y tesorero hasta 2009.
Los nombres de numerosos dirigentes del partido, entre ellos el de Rajoy, aparecían en esos documentos.
Rápidamente celebres con el nombre de “los papeles de Bárcenas”, estos documentos agravaron el escándalo en un país donde una cuarta parte de la población activa se encuentra en el desempleo y las revelaciones casi diarias de casos de corrupción minan la confianza de los ciudadanos en sus políticos.
Según esas anotaciones, Rajoy habría cobrado entre 1997 y 2008 “pagos por un total de 25.200 euros al año”.
El juez Ruz, que investiga paralelamente el “caso Gürtel”, la presunta trama de corrupción en el PP que estalló en 2009, decretó prisión preventiva para Bárcenas el 27 de junio en el marco de la investigación contra él por delitos fiscales y blanqueo de dinero.
La justicia española alegó el riesgo de fuga del extesorero, tras haber descubierto dos cuentas suyas en Suiza con 25 y 22 millones de euros respectivamente, así como otras en Uruguay y Estados Unidos.