Al menos once personas murieron el domingo en Irak en atentados, de los cuales dos fueron contra miembros de un consejo regional del norte del país, informaron fuentes de seguridad y médicas.
El aumento de la violencia, que dejó más de 340 muertos desde principios de julio y más de 2.600 desde que comenzó el año, según un balance de la AFP, recuerda la guerra confesional de 2006-2007 y amenaza, según los observadores, con relanzarla.
En la provincia de Nínive, de la que Mosul es la capital, cinco personas murieron, según las fuentes.
El jefe de la policía de Nínive , general Jaled al Hamdani, escapó a un atentado con bomba que se produjo al paso de su convoy. Tres de sus guardaespaldas resultaron heridos.
En Faluya, al oeste de Bagdad, hombres armados mataron a un militar e hirieron a dos de sus guardaespaldas cerca de una mezquita.
Tres civiles resultaron muertos y otros 42 quedaron heridos en la explosión de un coche-bomba cerca de una panadería en Kut, ciudad mayoritariamnente chiita a 160 km al sureste de Bagdad, según la policía y fuentes médicas.
Finalmente dos personas murieron y tres resultaron heridas por la explosión de una bomba en Bakuba, al noreste de Bagdad.