Poca claridad existe sobre los beneficios que podría significar la calificación de patrimonio histórico entregada por el Consejo de Monumentos al Mercado Central de Concepción. La principal preocupación es que este nuevo escenario aleje a posibles inversionistas privados para su recuperación.
Cautela existe en la administración y entre los locatarios, respecto a la resolución que otorga la calidad de Monumento Histórico Nacional al destruido centro comercial penquista.
José Neira, presidente de la administración del inmueble, quien solicitó la calificación al Consejo Nacional de Monumentos, admitió que hay contras, pero subrayó en los beneficios:
Desde la Asociación Gremial de Locatarios, Rubén Pinochet, dijo que los comerciantes se sienten prácticamente expropiados, pues el compromiso de entregarse un local en propiedad a través del acuerdo en la Corte Suprema, queda en el aire.
Coincide con Pinochet su abogado Alberto Arévalo, en cuanto al avenimiento extrajudicial que entregó a la Municipalidad de Concepción la responsabilidad de llevar adelante un proyecto para remodelar el Mercado central.
En el municipio hay opiniones encontradas. El concejal Jaime Monjes indicó que la eventual falta de inversores privados puede ser sustituida por la incorporación del Estado en el proyecto.
Para el alcalde Álvaro Ortiz la resolución es un completo revés:
Con la declaración de patrimonio histórico, el diseño y estructura del Mercado Central no puede ser modificado, aunque lo único que queda es el esqueleto de la nave principal, tras el devastador incendio de abril. ¿Tendrá el emblemático centro comercial el mismo destino que las ruinas del Teatro Enrique Molina? La respuesta la tienen hoy las autoridades.