La palma chilena cortada en Chiguayante tenía una historia de más de 300 años, y era probablemente uno de los dos ejemplares que la región conservaba de tiempos anteriores a La Colonia. Consultada por La Radio, la inmobiliaria dueña del terreno no ha respondido porqué la derribó.
En la ciudad se sigue lamentando el final que tuvo esta imponente figura que se erguía en la Avenida Pedro de Valdivia, hoy convertida en trozos de palma, que fueron abandonados en el lugar cuando se denunció que había sido cortada.
Luego que hace más de un década fuera derribada la imponente casona de la familia Tinoco, justo antes de ser declarada Monumento Nacional, la propiedad fue vendida y hoy está en manos de la inmobiliaria capitalina La Babranzón. Su avalúo fiscal es de 330 millones de pesos. A La Radio, la empresa no ha reconocido ser responsable de la tala, y en el sector, nadie sabe quién la cortó, pero para los entendidos se trató simplemente de un crimen.
Preocupado por lo ocurrido, el ingeniero forestal Roberto Francesconi, ha visitado una y otra vez el lugar. Dice que la palma chilena se encuentra en reservas de la quinta región, y que en un momento hace varios siglos, abarcó hasta el Bío Bío. De ello sólo quedaban dos ejemplares, uno en Yumbel, al lado de la imponente Iglesia y el campanario de Rere.
Otros ejemplares que hay en la zona fueron plantados posteriormente, de ahí el valor de esta palma. Francesconi todavía no lo cree y plantea que se ha terminado con la historia penquista en lo relacionado con especies que han representado un ícono, y sorprende contándonos de otro caso reciente.
Claro, el árbol cortado en los terrenos del sanatorio alemán no era una especie protegida ni en extinción, pero según Francesconi, es un claro signo de lo fácil que es hoy reemplazar todo por un edificio.
La palma chilena de calle Sanders tenía más de un metro de diámetro y más de 20 metros de altura, con níqueles centenarios en su corteza. El sitio está absolutamente abandonado, sólo letreros publicitarios dan cuenta de que algún provecho se le está sacando mientras se decide el proyecto a levantar.