Aunque el nuevo Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM V) incluye las preferencias sexuales sadomasoquistas como un potencial problema -situación que ha ocasionado polémica entre los psiquiatras-, un nuevo estudio sugiere que las personas asiduas a estas prácticas podrían ser incluso más sanas psicológicamente que aquellas que llevan una vida sexual más tradicional.
La investigación dirigida por el psicólogo Andreas Wismeijer, académico de la Nyenrode Business University (Países Bajos), y publicada en Journal of Sexual Medicine, concluyó que los adeptos al BDSM obtuvieron mejores resultados en una variedad de pruebas de personalidad y psicológicas, que las personas que no suelen participar en actos sexuales “inusuales”.
El sondeo recogido por LiveScience, aplicó cuestionarios sobre personalidad, sensibilidad al rechazo, estilo de apego en las relaciones y bienestar, a 902 practicantes de BDSM y 434 no-BDSM, centrándose en determinar quiénes son más propensos a sufrir trastornos mentales.
Los resultados muestran que en un nivel básico, los practicantes de BDSM no parecen ser muy distintos que la población en general. Sin embargo, al ahondar un poco más, se determinó que son más extrovertidos, más abiertos a nuevas experiencias, más conscientes y menos neuróticos (rasgo clave para determinar una personalidad ansiosa) que quienes llevan una vida sexual corriente. Los aficionados al sadomasoquismo también obtuvieron mejores calificaciones en ítemes como la sensibilidad al rechazo y la paranoia.
Asimismo, los seguidores del BDSM reportaron mayores niveles de bienestar en las últimas dos semanas y también dieron cuenta de más sentimientos de seguridad en sus relaciones. Quienes ejercían el papel de “dominante” en su relación tendían a puntuar más alto en las pruebas, los que intercambiaban roles tenían un puntaje intermedio y los sumisos más bajo. Sin embargo, éstos últimos solían tener aún mejores resultados que quienes practicaban sexo convencional.
Si bien Wismeijer no está exactamente seguro de por qué los practicantes de BDSM pueden ser psicológicamente más sanos que la población general, cree que esto se debe a que son más conscientes de sus necesidades y deseos sexuales, lo que podría traducirse en menos frustración en la cama y en las relaciones.