La exestrella del fútbol americano O.J. Simpson, enviado a prisión en 2008 por robo a mano armada tras ser absuelto en 1995 en un mediático caso por asesinato, insistió el miércoles que no hizo nada ilegal la noche del hurto en un hotel en Las Vegas.
En su intento de que se le haga un nuevo juicio, O.J. Simpson subió al estrado y ofreció un recuento paso a paso de los acontecimientos que tuvieron lugar la noche del 13 de septiembre de 2007 en que ocurrió el robo en el hotel casino Palace Station.
Simpson, absuelto hace 18 años del crimen de su exesposa y de un amigo de ella en Los Ángeles, fue condenado a dos penas de 15 años de prisión por robar a mano armada una serie de artículos deportivos de colección. El convicto afirma ahora que fue mal defendido por sus abogados.
La exestrella deportiva, de 65 años, declaró que no quebrantó conscientemente la ley cuando entró a la habitación -junto a otros cinco hombres, dos de ellos armados- reclamando que le devolvieran los artículos que él afirma que le habían robado.
“Eran mis cosas. Yo cumplí con lo que pensaba que era la ley (…) No irrumpí en la habitación de nadie”, dijo en un tribunal en Las Vegas.
Simpson, quien llegó al tribunal esposado y con los tobillos encadenados, dijo que entró junto al grupo de hombres a la habitación para confrontar a unos revendedores que le ofrecían en venta pelotas firmadas y otros artículos que le pertenecían.
“Entré y quedé impresionado, eran cosas que no había visto en 10 años”, dijo.
Los dos hombres involucrados le permitieron que se llevara sus objetos, pero Simpson se enteró luego de que las armas de sus acompañantes tuvieron algo que ver con el intercambio, según relató el convicto.
“No me habría imaginado ni en mis peores fantasías que estos señores tenían armas”, afirmó.
Contrariamente a los hombres que lo acompañaron y también fueron acusados, Simpson, cuya condena puede oscilar entre nueve y 33 años, se declaró no culpable.
Sus nuevos abogados quieren convencer al juez de que en 2008 el abogado Yale Galanter no actuó en el interés de su cliente, entre otras cosas porque no comentó a Simpson la posibilidad de un acuerdo con el tribunal para obtener una condena más leve.
A favor del condenado, ya testificaron el lunes su hija, Arnelle Simpson, y uno de sus amigos, James Barnett, empresario de Las Vegas. Éste ya afirmó por ejemplo que Galanter respondía con desdén a su cliente.