El cirujano vascular de la Universidad Católica, médico Francisco Valdés, indicó que las várices en el embarazo son muy comunes y que son de carácter benigno.
Las dilataciones venosas que llamamos várices son venas que han perdido la capacidad de impulsar la sangre hacia el corazón, por lo que ésta se acumula y se congestiona.
Son más frecuentes en mujeres que en hombres, y lamentablemente, son muy comunes durante el embarazo, debido a una serie de factores.
“Cuando el útero crece, presiona las venas contra el hueso sacro, lo que confabula para que muchas mujeres sufran una falla del sistema venoso superficial, desarrollando várices durante el embarazo”, explica el doctor Francisco Valdés, cirujano vascular de la Universidad Católica.
Valdés además indicó que “los cambios hormonales que se producen durante el embarazo hacen que las venas se vuelvan más distensibles. Esto deriva en la progresiva dilatación por congestión, produciendo sensación de pesadez en las piernas”.
Por lo anterior, “es muy común que aparezcan várices durante el embarazo. Pero para tranquilidad de las futuras mamás, éstas tienen un carácter de benigno y suelen desaparecer tras el parto”, agregó el médico.
Para evitar molestias, el remedio es simple: usar medias elásticas especiales, que tienen diferentes niveles de compresión según el grado de presión del sistema venoso. Estas medias permiten sostener las venas distendidas y ayudarlas a devolver correctamente la sangre hacia el corazón.
“La embarazada debe evitar largos períodos de inmovilidad y salir a caminar de vez en cuando, dado que el retorno de la sangre a través de las venas es facilitado por la compresión muscular del aparato soleo-gemelar de la pantorrilla”, aconsejó el especialista.