El gobierno de Coahuila, norte de México, pidió el viernes una disculpa a los familiares del fotógrafo y del estudiante asesinados y mutilados esta semana, por haber relacionado a las víctimas con un cartel del narcotráfico sin concluir las investigaciones.
“La disculpa es a la familia en primer lugar” porque no se “puede criminalizar a las víctimas, que lo primero que tenemos que hacer es llegar a la verdad”, dijo a medios locales Armando Luna Canales, secretario de Gobierno de Coahuila.
Los cuerpos del fotógrafo Daniel Alejandro Martínez Bazaldúa, de 22 años, y del estudiante Julián Alejandro Zamora Gracia, de 23 años, fueron encontrados el miércoles en la madrugada en una colonia del sur de Saltillo, capital estatal, a 846 km de la Ciudad de México.
El jueves la fiscalía estatal dijo en un comunicado que junto con los cadáveres aparecieron mensajes “que hacen alusión directa a que ambas personas habían pertenecido y desertado a una organización criminal”.
Estas declaraciones provocaron las críticas de organizaciones defensoras de los derechos de los periodistas nacionales e internacionales.
Claudio Paolillo, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), expresó este viernes su solidaridad con familiares y colegas del fotógrafo y se sumó a la crítica hecha a las autoridades del periódico Vanguardia, en el que Martínez trabajaba, en un comunicado de esta organización con sede en Miami.
La SIP condenó el asesinato y exigió a las autoridades “que investiguen a fondo, de forma clara hasta dar con los motivos y responsables de este crimen que estremece a los periodistas de la región y afecta seriamente el ejercicio libre del periodismo en el país”.
México se convirtió en los últimos años en uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, con más de 80 comunicadores asesinados y 18 desaparecidos desde 2000, y muy pocos de estos casos resueltos por completo.