La provincia canadiense de Nueva Escocia (este) anunció el jueves su intención de combatir el acoso cibernético a los jóvenes protegiendo más a las víctimas y castigando duramente a los culpables, cuyos ordenadores, teléfonos o tabletas podrán ser decomisados.
Un proyecto de ley presentado por el gobierno de la provincia prevé también la creación de una unidad de investigación del acoso cibernético, la primera en Canadá, que permitirá a las familias y las víctimas obtener protección judicial.
Las autoridades pueden prohibir a una persona comunicarse con la víctima, hablar con ella por internet o utilizar cualquier medio de comunicación electrónica bajo pena de acciones judiciales.
Las medidas llegan tres semanas después de la muerte de una adolescente en esta provincia, Rehtaeh Parsons, a raíz de un intento de suicidio.
Parsons, de 17 años, murió el domingo en el hospital de la ciudad portuaria de Halifax luego de un intento de suicidio que su madre atribuyó a un presunto ataque sexual en noviembre de 2011 y un posterior bombardeo de burlas de compañeros de clases llamándola “puta”.
Supuestamente, la joven se emborrachó y cayó desmayada en una fiesta y en ese estado fue violada. Uno de los sospechosos publicó después una foto en internet del incidente, lo que generó las burlas y el posterior intento de suicidio.
El drama, que consternó al país, abrió el debate sobre el acoso en línea.
“No debemos olvidar que los estudiantes que son responsables de cyberbullying también son jóvenes, y que algunos de ellos no comprenden la gravedad de su comportamiento”, dijo la secretaria de Educación de la provincia, Ramona Jennex.
“El hecho de que un investigador toque a su puerta rápidamente puede acabar con la valentía que sienten detrás del teclado”, agregó.