Pescadores artesanales afectados por el derrame de petróleo ocurrido hace 6 años, protestaron en las afueras de ENAP por el incumplimiento de acuerdos de mitigación por parte de la empresa.
Cuando todavía no salía el sol quedó obstaculizada la entrada principal de ENAP en Hualpén, por pescadores artesanales de las caletas afectadas por el derrame de petróleo de mayo de 2007.
Fueron cerca de 1.300 los pescadores que vieron su fuente laboral cerrada con el derrame de crudo, que tocó las caletas Infernillo, San Vicente, Lenga, Perone, El Soldado, Cantera y el puerto de Talcahuano en su conjunto.
Acusan que la compensación económica tropieza en permanentes trámites, según Mauricio Andrade, de la caleta Lenga.
El derrame los dejó de brazos cruzados recordó José Merino, recolector de pelillo en el río que desemboca en Lenga.
Mariela Chamorro, de caleta Perone, llegó con representantes de las otras 25 familias afectadas.
Según Jorge Aguilera, de Talcahuano, en el fondo de la bahía aún hay petróleo y nada de fauna o flora marina.
ENAP indicó mediante un comunicado que recibió a 18 representantes de los manifestantes esperando que las compañías de seguros y liquidadoras involucradas avancen en acuerdos como los ya alcanzados con mil 200 pescadores.
Agrega que la empresa tiene en marcha blanca un nuevo terminal petrolero que cumple con altos estándares tecnológicos y de seguridad y aporta al ordenamiento general de la bahía de San Vicente.
También, sostiene el texto, ENAP entregó fondos para implementar un centro de rehabilitación, tratamiento y liberación de especies de ave y fauna marinas en riesgo de extinción, único en el país que se levanta en Talcahuano.