Si bien ser padres es una de las mayores satisfacciones de la vida, también es un proceso que conlleva grandes esfuerzos y sacrificios. Uno de ellos durante los primeros años de crecimiento es lidiar con los pañales que, dependiendo del metabolismo del bebé, pueden llegar a requerir hasta 10 cambios al día.

Ya sean desechables o de género, los pañales son un fastidio del que no podemos escapar… ¿o sí? Precisamente esto es lo que plantea una nueva tendencia de crianza con sede en Nueva York, la cual postula que un niño puede dejar de usarlos tan temprano como a los 2 meses de edad.

La idea es de la matrona Jada Shapiro, cuya preocupación por el daño que los pañales desechables producen al medio ambiente, se cuestionó sobre la posibilidad de volver a las prácticas de civilizaciones anteriores, en tiempos en que los pañales no existían.

Pero no se trata sólo de un tema ecológico. La “comunicación de la eliminación“, como llaman a la metodología, se propone como una forma de acercar más a los padres a las necesidades de sus hijos. Su eje central es que los pañales llevan a los adultos a despreocuparse de los niños, pese a que los bebés serían capaces -desde muy temprana edad- de señalar cuando quieren ir al baño.

Así, el curso de “liberación de pañales“, ofrecido en la tienda Caribou Baby de Nueva York, enseña a los padres a reconocer las señales que sus hijos emiten cuando necesitan orinar o excretar, mediante un tipo especial de llanto, movimiento del cuerpo o gestos faciales. Tras esto, el bebé debe ser llevado al baño para que haga sus necesidades o, si está muy alejado del mismo, sobre un recipiente.

Puede parecer mucho trabajo, pero según Adriane Stare, dueña de la tienda, limpiar los “pequeños errores” esporádicos de su hijo de 4 meses es menos trabajo que lidiar con el cambio de pañales convencional.

PERO… ¿REALMENTE FUNCIONA?

“He escuchado que en otros países se entrena a los niños para ir al baño a edades más tempranas, pero hablamos de 1 año de edad, no de 2 meses de vida”, señaló con escepticismo al New York Times la pediatra, doctora Robin Jacobson.

Según la profesional, el entrenar a los niños para que esperen el momento de ir al baño es algo que recién comienza a tratarse a los 18 meses, con la mayoría de ellos lográndolo alrededor de los 3 ó 4 años.

Por su parte, las defensoras de la “comunicación de la eliminación” saben que la práctica suena atrevida, pero aseguran que está comenzando a ganar cada vez más adeptos.

“He estado en fiestas donde he visto a la gente poner a sus bebés sobre el lavatorio. Una clienta llevó a su bebé y un recipiente a una fiesta, puso a su bebé desnuda sobre él, e hizo sus necesidades en una esquina de la habitación. Obviamente era una fiesta sólo con amigos íntimos”, indica Shapiro.

La matrona también indica que hay ocasiones en que recurren a los pañales por seguridad, como en las noches o cuando visitan una tienda, pero que durante las siestas o los paseos al parque no es necesario, sobre todo teniendo árboles cerca bajo los cuales cobijarse en caso de necesidad.

En tanto, sobre las consideraciones sanitarias de este método, las autoridades sanitarias de la ciudad señalaron al matutino que mientras se lave correctamente las manos después de llevar a los bebés al sanitario o recipiente, no hay mayores problemas.