Autoridades, organizaciones sociales y habitantes de la región de Coquimbo, lamentaron la severa crisis de sequía que enfrenta la zona, la cual amenaza con agotar las reservas del embalse La Paloma. Éste tiene programado su última turno de agua para los regantes del sector, e incluso coloca en riesgo el suministro para la población.
El ministro de Agricultura, Luis Mayol, informó que la región atraviesa por el momento más severo de sequía, con un 87 por ciento de déficit, respecto a un año normal, lo cual ha generado que los embalses Cogotí y Recoleta se sequen, quedando sólo La Paloma con un 3 por ciento de su capacidad.
Es por esta razón que el Gobierno ha confeccionado una serie de programas para mitigar la lamentable situación de los agricultores de la zona, que ha generado un aumento de los usuarios del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap), de cuatro mil a diez mil.
La situación se complicó aún más en estos días para la agricultura, afirmó Mayol, luego que la prioridad del suministro de agua cambiara a la población, que ve amenazado su consumo de agua potable.
El senador gremialista por la región, Gonzalo Uriarte, señaló que se están tomando diversas medidas de mitigación para que el impacto no perjudique a la población.
Respecto a las medidas, se espera que la estimulación artificial de las nubes traiga lluvias a la zona, para lo cual el Gobierno ha destinado cerca de 10 mil millones de pesos en ésta y otras alternativas que permitan aumentar y cuidar el agua.
Sin embargo, desde las organizaciones ambientales y sociales de la zona, acusan que todo esto se podría haber evitado si las mineras no consumieran los pocos recursos disponibles en la zona.
El vocero del movimiento socioambiental del valle del Huasco, Juan Carlos Labrín, denunció la mala distribución que existe del agua en la zona.
Labrín apuntó al monocultivo de la zona, donde se explota el recurso con extensos sectores de viñas y cultivo de mandarinas, lo cual tampoco está regulado pese a su fuerte crecimiento.