Los dirigentes y expertos de la pesca artesanal en Los Lagos, acusaron falta de fiscalización en el sector, lo cual se ve reflejado en el uso excesivo de pesticidas y antibióticos para combatir múltiples enfermedades en los peces.
Juan Carlos Navea y Jorge Bustos, ambos dirigentes, y el estudioso sobre temas de biología marina, Hernán Espinoza, cuyo seudónimo es Héctor Kol, hicieron la denuncia a Radio Bío Bío.
Cientos de estudios han comprobado que el uso excesivo de antibióticos en la Acuicultura tiene implicaciones negativas para la vida humana, animal y para el medio ambiente, es por lo mismo que en países como Noruega se eliminó el uso preventivo de antibióticos y se restringió drásticamente el número de estas sustancias.
Ahora lo que plantea Espinoza y estos dirigentes, es que debido al uso de fármacos como la deltametrina y la cipermetrina para combatir el cáligus, que sería un piojo de mar que transmitiría el Isav se estaría acabando con especies marinas como la huilca. Sin embargo, expertos aseguran que esta información no estaría 100% comprobada.
No obstante, Navea y Espinoza aseguraron que en julio del 2012, Europa devolvió a Chile un cargamento con dos mil toneladas de merluza, debido al color salmón de sus carnes; lo que se habría producido según Hernán Espinoza – estudioso del tema – debido a que el la huilca no encontró su alimento, y tuvo que salir a la superficie a comer comer pellet de salmón, razón por la cual cambió su color de pigmentación.
Por otra parte, Espinoza denunció la falta de fiscalización por parte las autoridades y además fue enfático en señalar que nuestros recursos están contaminados con antibióticos, pesticidas y metales pesados y que al Estado chileno no le interesa lo que comen los chilenos.
Juan Carlos Navea, por su parte, dijo que recién en agosto del 2012, Sernapesca ordenó un estudio del impacto de la Cipermetrina y la Deltametrina para conocer las consecuencias de estos pesticidas en las personas.
Lo grave de la situación es que los pescadores artesanales acusan el término de su profesión y la agonía de la industria salmonera, ya que muchos de los empresarios pesqueros se han visto afectados por la pigmentación color naranja de las merluzas.