A los 36 meses de vida, un niño del quintil más pobre obtendría 45 puntos menos en la PSU que uno del quintil más rico. Esa es una de las conclusiones preeliminares más importantes de la Encuesta Longitudinal de la Primera Infancia, realizado por el Centro Microdatos de la Universidad de Chile.
Estas desigualdades se acrecientan a los 72 meses, cuando la diferencia llega a los 120 puntos PSU, es decir, se triplica la distancia entre los estratos socioeconómicos.
El estudio comenzó en 2010 y analiza el crecimiento evolutivo entre el 20% más rico y el 20% más pobre, considerando un total de 18 mil personas.
Igualmente, evidencia que los niños que van a una sala cuna desde más temprana edad obtienen una ventaja en relación a sus pares, lo que a futuro se traduce en mejores perspectivas de empleo y una mayor jubilación.
El director del Centro Microdatos de la Universidad de Chile, el economista laboral David Bravo, aseguró que la brecha socioeconómica se puede apreciar al primer año de vida y se vincula al entorno. Agregó que una buena solución sería implementar una completa ley de salas cuna, que otorgue a los menores educación de calidad.
Otra de las aristas del estudio consideró que una de las variables que explica esta desigualdad es la baja inserción laboral femenina. El 52% de las madres con niños en edad preescolar trabajan, mientras que las mujeres inactivas pero que trabajaron en algún momento, ahora no lo hacen por razones atribuibles al embarazo o al cuidado de los niños.
La Ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, apuntó que las políticas públicas deben enfocarse en poner el máximo de recursos en los niños menores de cinco años para reducir la desigualdad.
El informe, además, señala que un 50,5% de las madres no trabaja, de las cuales un 36% jamás lo haría.