El cardenal Cormac Murphy O’Connor, ex número uno de la Iglesia Católica en Inglaterra y Gales, juzgó necesario que el próximo Papa “reforme” y “renueve” la Iglesia.
El ex arzobispo de Westminster estimó que el sucesor de Benedicto XVI tiene que ser “capaz de llevar a cabo las reformas y la renovación que se necesitan en la Iglesia”.
“Hay que poner orden en la propia casa del Papa”, dijo Murphy O´Connor en rueda de prensa.
“Como ustedes saben, ha habido problemas en los últimos años”, reconoció.
En momentos en que el colegio cardenalicio habrá de elegir a un nuevo pontífice tras el anuncio de la dimisión de Benedicto XVI, tienen lugar varias controversias.
El lunes se anunció la renuncia a su cargo de arzobispo del cardenal Keith O’Brien, jefe de la Iglesia Católica de Escocia, acusado de “conducta inapropiada” por varios religiosos. O’Brien no participará en el cónclave que elegirá al próximo Papa.
El cardenal O’Brien, conocido por sus posiciones contra los homosexuales, está acusado de haber tenido a partir de los años 1980 “comportamientos indecentes” con tres sacerdotes y un ex cura, según la edición dominical de The Observer.
Murphy O’Connor calificó a O’Brien, quien desmiente estas acusaciones, de “hombre muy honesto”.
“Estos asuntos se investigarán”, agregó, estimando que este escándalo era “muy perjudicial” para la Iglesia Católica de Escocia.
A pesar del “giro radical” en la lucha contra la pederastia durante los ocho años del papado de Benedicto XVI, los abusos cometidos por sacerdotes son todavía uno de los grandes temas pendientes de la Iglesia Católica, que empañan no sólo su imagen en el mundo, sino también la relación con sus propios fieles.
Por otra parte, el Papa decidió informar “exclusivamente” a su sucesor sobre el escándalo de “Vatileaks”, sobre filtraciones de documentos secretos que llevaron a la condena en octubre pasado a 18 meses de cárcel de su mayordomo Paolo Gabriele, a quien sin embargo indultó al cabo de cuatro meses.