En su paso por Los Ángeles, Marco Enríquez-Ominami propuso la nacionalización del agua para ordenar la crisis que viven los agricultores en la Provincia de Bío Bío. En la oportunidad, aprovechó de criticar el código de aguas hecho bajo la dictadura militar y que, a su juicio, asigna tan mal el recurso que hay campesinos con tierras y sin aguas y viceversa, señaló.
Para nadie es un misterio que las condiciones climáticas han causado más de un dolor de cabeza al mundo agrícola en la Provincia, donde sólo las lluvias de diciembre y una mesa de trabajo logró mitigar en parte el problema en el Río Laja, por ejemplo.
Sobre este tema el candidato presidencial del PRO señaló que, responsablemente, considera que nacionalizar el agua es el comienzo de una solución, añadiendo que el código de aguas fue tan mal hecho que hay casos extremos donde o hay agua o hay tierra, agregando que el agua se reparte entre las grandes empresas y los grandes agricultores dejando de lado a los que viven de la subsistencia.
Enríquez-Ominami dijo que todos tienen derecho al uso equitativo y justo del agua, poniendo como ejemplo que hay cerca de 200 mil familias de pequeños campesinos que trabajan una o dos hectáreas y que, claramente, se ven perjudicados por la falta y el mal uso o abuso que se hace del recurso.
Por ello, sostiene que resulta fundamental revisar esa situación y buscar soluciones, pues el agua es un recurso de todos y para todos y no sólo para un minoritario grupo que aprovecha normas para su conveniencia, concluyó.