La mascota del Mundial de fútbol de Brasil-2014 ha sido bautizada con el nombre de Fuleco, anunció este lunes la FIFA en su sitio Internet, tras una votación realizada entre los aficionados del país sudamericano, que se decantaron por ese nombre en lugar de Zuzeco o Amijubi.
Más de 1,7 millones de personas votó por bautizar Fuleco, una apelación nacida de la combinación de “fútbol” y “ecología”, al tatú-bola, una especie de armadillo 100% brasileña, que se convierte en bola para protegerse y está en peligro de extinción, que fue elegido como mascota y que no tenía nombre.
“La campaña de votación pública, que ha durado tres meses, resultó todo un éxito, los brasileños votaron en masa. Más del 48 % votó por Fuleco, con lo que resultó el vencedor indiscutible por delante de Zuzeco (31%) y Amijubi (21%)”, informó el sitio de la FIFA.
Amijubi surgió de la unión de las palabras “amistad” y “júbilo”, y en idioma tupí-guaraní quiere decir además “amarillo”, el color de la mascota y de la casaca de la selección brasileña, mientras que Zuzeco surgió de la mezcla de “azul” y “ecología”.
“Los últimos resultados del estudio de opinión de la FIFA realizado en Brasil en 2012 confirman el valor que le otorgan los aficionados brasileños a la sostenibilidad y el medio ambiente. Al votar por este nombre, la población brasileña ha demostrado claramente su afinidad hacia los dos temas que representa”, explica la FIFA en su comunicado.
“Fuleco es un personaje que despierta simpatías y obtiene un 7,3 de 10 en atractivo. ‘Brasileño’, ‘naturaleza’, ‘amigable’ y ‘pasión por el fútbol’ son las características que mejor describen a la mascota según los encuestados”, señala el comunicado.
Los tres nombres fueron escogidos como finalistas entre unas 450 opciones por varias personalidades como el exfutbolista Bebeto, integrante del Comité Organizador Local (COL) del Mundial-2014, y el músico Arlindo Cruz, que canta la canción “Tatu Bom de Bola” en homenaje a este armadillo de tres bandas que lleva el nombre científico de Tolypeutes tricinctus.
La FIFA pidió que el nombre estuviese relacionado con la protección del medio ambiente.
La preocupación con la ecología también marcó la elección del tatú-bola como mascota.
El tatú-bola vive en la Caatinga, el ecosistema semiárido brasileño, que ocupa buena parte del norte y noreste del país y también está amenazado.
Fuera de la lista quedaron otros nombres como Adrinaldo (combinación de los nombres de los astros brasileños Adriano y Ronaldo) o Regozade (unión de “regocijo” y “amistad”).