Durante años piratas, corsarios y filibusteros navegaron por los siete mares sembrando el pánico y el terror entre las embarcaciones por la rutas comerciales marítimas y las ciudades costeras del mundo, transformándose en un verdadero dolor de cabeza para las flotas de la corona española e inglesa principalmente.
Según cuentan las historias de viejos lobos de mar, esos rudos marinos se reunían en una isla secreta en el Caribe, la isla Tortuga, y se regían por reglas establecidas por una también secreta organización, la llamada Hermandad de la Costa.
Esa es la leyenda o el mito alimentado por el cine, pero esta hermandad de verdad existe y aunque usted no lo crea es oficialmente chilena, de hecho es la única organización creada y concebida en nuestro país y que es de exportación.
En el año 1951 un grupo de siete amigos aficionados a los deportes náuticos decidieron unir en una fraternidad a todas las personas que tuvieran el mismo cariño por el mar, así nació la real Hermandad de la Costa.
A 61 años de su creación, el alcalde de Valparaíso Jorge Castro le entregó a esta organización la denominación de Patrimonio Inmaterial, reconocimiento merecido por el aporte a las tradiciones marineras, según indicó el edil.
En tanto, el actual presidente o capitán de la Hermandad de la Costa, Renato De Lucca, agradeció el reconocimiento que calificó de meritorio.
Después de su creación la hermandad se difundió a varios países, siendo Inglaterra la primera institución extranjera en crearse en 1952, luego en 1953 se formó la mesa en Italia y ahora está presente en 29 países, además de las 34 hermandades chilenas, incluyendo la Antártica.