Reciente aumento de la actividad sísmica en la zona centro-sur no tendría vinculación geológica directa con la región de Antofagasta.
La aclaración la hicieron científicos del Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad Católica del Norte (UCN), con el objetivo de evitar interpretaciones erradas sobre la materia que puedan generar preocupación en la comunidad, especialmente entre los habitantes de la región.
El académico de la UCN, Doctor. Gabriel González, señala que, por su profundidad, los temblores registrados en el sur corresponden a eventos de tipo cortical, es decir que se generan en la corteza.
Según el experto, este tipo de sismos varía de los terremotos de grandes dimensiones que en general son de subducción, es decir, producidos por el contacto y roce de las placas de Nazca y Sudamericana, los que ocurren a profundidades superiores a los 40 kilómetros.
Para el Doctor en Sismología, Pablo Salazar, el origen del “enjambre sísmico” (conjunto de movimientos telúricos acotados en tiempo y espacio) que afecta a la zona centro-sur del país, tiene su explicación en una desestabilización producida por el gran terremoto de 2010. “Las placas se están ajustando”, añade el académico de la UCN.
El profesional aclara que la población no puede percibir diferencias entre un sismo de tipo cortical con uno de subducción, ya que la percepción sería similar en ambos casos, y que “unos y otros podrán generar los mismos efectos”.
El especialista sostuvo que, en general, los sismos de tipo cortical tienen magnitudes menores que los de subducción. De hecho, los grandes terremotos que ha experimentado el país son generados por estos últimos.
Aclaró que en la Región de Antofagasta también se han registrado sismos de tipo cortical. Incluso, en abril pasado al oeste de la península de Mejillones fue captada una gran cantidad de sismos de pequeña magnitud iguales o menores a los 4 grados Richter, los que tenían este tipo de origen.